Los cinco errores más habituales que se cometen al tomar cerveza

Se acerca el verano, y con él, la subida de las temperaturas y las terrazas llenas de gente. El calor y un intenso día de trabajo empujan a muchos a tomarse una cerveza bien fresca nada más llegar a casa o en su terraza preferida.

Ya sea en casa o fuera, cometemos varios errores a la hora de tomarla e incluso antes de servirla, que debemos corregir para disfrutar del momento como al 100%.

1. Congelar la copa como en el bar

Cuando se acerca el verano, algunos establecimientos ponen sus copas en el congelador para que la cerveza esté más fría aún a la hora de tomarla. Sin embargo, en casa quizá no consigamos el mismo efecto, ya que en el congelador doméstico guardamos pescado y otros alimentos que pueden dejar su olor en el recipiente.

La solución pasa por humedecer las copas, un recurso muy utilizado en los bares, y que no sirve para limpiarlas, como mucha gente cree. Se pasan por agua fría para que estén frescas y húmedas. De esta manera, la cerveza se sirve mejor.

2. Servirla con demasiada espuma

La corona de espuma, también llamada giste, es muy importante para que la cerveza conserve su sabor y no se oxide. Según cómo echemos la bebida generaremos más o menos espuma. En España, la tendencia es que la corona sea de uno o dos dedos.

Para conseguirlo, el vaso tiene que estar en un ángulo de 45°, se llena el 75% de su capacidad, y se acaba llenando en posición vertical. La corona se forma en botella, colocándola en perpendicular a la copa. Según la cerveza, se debe elevar más o menos. No obstante, en República Checa, un país de gran tradición cervecera, es muy probable que veas una jarra con mucha espuma. Existen tres tipos de tiraje: Na Dvakrát (refrescante), Hladinka (suave) y Mlíko (leche).

3. Tomar todo tipo de cervezas a la misma temperatura

La temperatura de la bebida afecta a las papilas gustativas. Según los grados, algunos de los químicos pueden suprimir o estimular el aroma o el sabor. Aunque la cerveza fresca es la preferida de muchos, una tibia tiene un sabor mucho más potente, ya que el frío suprime ciertas sensaciones.

Cada variedad de cerveza tiene su temperatura ideal. Las cervezas con poca graduación deben servirse más frías que las cervezas fuertes.

4. Tomarla sin vaso

Dejando al margen críticas de modales, el motivo principal para dejar de beber a morro la cerveza es poder disfrutar de su sabor. Ya sea un botellín, lata o un tercio, debemos servirla en vaso o copa. Bebiéndola directamente de la botella o lata se pierden todos los matices de aromas y sabores; lo único que se consigue es que la cerveza ni siquiera entre en contacto con las papilas gustativas.

El uso del vaso es muy importante. Según diferentes estudios científicos, la forma y el diseño de cada recipiente influye en el sabor, el aroma y la apariencia de la cerveza. Por este motivo existen diferentes tipos de vasos y copas.

5. No beber para evitar la barriga cervecera

Un estudio realizado por miembros de la Academia Española de Nutrición (AEN) y del departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid apuntaba que la barriga cervecera es un mito.

Si se toma con moderación, la cerveza no implica ningún problema e incluso puede ser ideal para nuestro día a día, ya que tiene un aporte calórico moderado. El problema de la popular barriga cervecera es lo que se consume con cada caña (pinchos y tapas) o la combinación de una vida sedentaria con hábitos alimentarios incorrectos.

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