¡Consejos! Visita a un recién nacido

Visitar a un recién nacido requiere de ciertos recaudos y consejos para tener en cuenta, ya que se trata de una situación y de un protagonista especiales, que merecen respeto y consideración. Apúntate estos consejos y sé un visitante ejemplar.

No vayas sin avisar antes

Sea que lo visites en el hospital o ya en su casa, avisa siempre antes de presentarte. Los primeros días suelen ser los más sensibles y puedes caer en un mal momento. Recuerda que los bebés -y sus madres- no tienen horarios. Puede que si apareces sin avisar, por ejemplo, lo hagas justo cuando el bebé duerme y los padres quieran aprovechar para comer algo o para hacerse una pequeña siesta.

Piensa en ayudar

Si te han dicho que sí a la visita, piensa en que quizá llegues y tengas que echar una mano. No pienses que irás en un plan de simple invitado y que te atenderán, mejor considera que serás tú quien tenga que atender. Puedes aprovechar y preguntarles si necesitan que les compres algo, que les dobles la ropa o les laves los platos que han quedado sucios. Aunque todo dependerá de qué tan cercanos seas con los padres, ofrecerles tu ayuda será muy bienvenido y agradecido.

Ni se te ocurra ir si estás enfermo

Durante los primeros días, los bebés deben mantenerse seguros. No vayas a conocerlo si estás con algún resfriado o problema de salud. Lo que para los adultos es un simple virus, para los recién nacidos puede significar un ingreso hospitalario.

Antes de tocarlo, lava tus manos

Lo más respetuoso para la madre y para el bebé es que no lo toques o cojas si no te lo han ofrecido. Pero, en todo caso, asegúrate de lavarte las manos antes de cualquiera de las dos acciones. Incluso será preferible que no lo tomes en brazos con el abrigo o con la ropa que traes de la calle, ya que podrías contagiarle cualquier virus o germen.

No lo beses

Por respeto y por higiene, no beses al recién nacido. Como se dijo, se trata de un ser absolutamente indefenso que puede enfermar muy fácilmente. Muchos de nosotros somos, sin saberlo, portadores de gérmenes que, aunque a nosotros no nos hacen nada, a los bebés sí pueden perjudicar.

No pidas que lo despierten para verle los ojitos

El descanso de un bebé es intocable, así que ni se te ocurra decir que le quieres ver los ojos o que lo quieres conocer despierto. Si está durmiendo, pues, así lo conocerás, ya tendrás otras oportunidades para hacerlo. Recuerda, respeto y tacto por encima de todo.

Si ves mucha gente, retrocede

Dijimos anteriormente que lo más adecuado es avisar que vas de visita, pero puede suceder -sobre todo en el hospital- que en algún momento llegue más gente -quizás sin avisar- y la sala se llene. En ese caso, lo mejor que puedes hacer es coger tus cosas e irte. Siempre hay gente que no se da por aludida o no se da cuenta de que molesta, mejor enseña tú con el ejemplo.

Cuida el tono de voz

Tanto si la visita la haces en el hospital como en la casa. No grites, habla bajo y en tono relajado. Cuida tus formas y estarás siendo respetuoso con el bebé y con un momento tan especial. Los bebés recién nacidos son muy sensibles al entorno, y el ruido puede provocarles gran estrés, lo que dificultará su bienestar y su descanso. Seguramente, despertándose irritados en varias ocasiones.

No hagas fotos al bebé, ni a la madre

Finalmente, recuerda no tomar fotos y, si realmente quieres hacerlo, sólo consulta previamente la conformidad de los padres. Es la mejor forma de respetar su intimidad. Muchas madres se sienten poco animadas a salir en una fotografía y tampoco quieren que se las hagan a sus bebés. Ellos ya se encargarán de inmortalizar el momento.

 

DC / Nosotras

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