Frente a Putin, siete candidatos y un gran ausente

Vladimir Putin se enfrenta este domingo a otros siete candidatos en las presidenciales en Rusia, pero no a su principal oponente, Alexéi Navalni, inhabilitado para presentarse a los comicios.

Alexéi Navalni, el gran ausente

Conocido por sus investigaciones sobre la corrupción de las élites, muy compartidas en las redes sociales, este carismático abogado convocó unas multitudinarias manifestaciones contra el poder el año pasado.

De este modo, Navalni, de 41 años, confirmó su posición de opositor número 1 al Kremlin, siendo capaz de movilizar a decenas de miles de personas contra el gobierno. Pero las elecciones del domingo no permitirán dirimir su popularidad real a escala nacional, pues la Comisión Electoral rechazó su candidatura a causa de una condena judicial que, según el propio Navalni, sería una estratagema para impedir su participación.

Navalni pidió a sus seguidores que boicoteen las elecciones y prometió acciones de protesta.

Pável Grudinin, el comunista millonario

La candidatura sorpresa de Pável Grudinin, de 57 años, fue como un baño de juventud para el Partido Comunista, representado desde la caída de la Unión Soviética por Guenadi Ziuganov. Director bonachón de «Sovkhoze Lenin», una explotación agrícola que le reporta millones de dólares, es el competidor de Vladimir Putin más popular, pese a estar muy por detrás de él, con alrededor del 7% en intención de voto.

Aunque critica algunas políticas del gobierno y elogia abiertamente a Stalin, nunca ataca personalmente a Putin, a quien apoyó en el pasado. El interés que ha suscitado le ha costado una oleada de artículos hostiles en la prensa afín al Kremlin y ha denunciado «presiones constantes» por parte de las autoridades.

Vladimir Zhirinovski, el alborotador populista

Vladimir Zhirinovski, de 71 años, es ya un veterano de las presidenciales, candidato tradicional del partido de ultraderecha LDPR. Proclive a las declaraciones polémicas, antiestadounidense, antiliberal, anticomunista, muchos observadores lo consideran como un opositor al Kremlin engañoso, mientras que en los círculos políticos rusos suele ser tachado de payaso.

Pese a haber sido marginado estos últimos años, Zhirinovski no ha perdido su energía oratoria. Los sondeos le atribuían el 5,7% en intención de voto.

Xenia Sobchak, «contra todos»

Periodista de televisión próxima a la oposición liberal, exestrella de la telerrealidad, Xenia Sobchak, de 36 años, se lanzó a la carrera hacia el Kremlin bajo el lema «contra todos».

Algunas voces denuncian un «golpe orquestado» por el Kremlin para que se olvide la ausencia de Alexéi Navalni, subrayando lazos de Sobchak con el presidente ruso, que trabajó con su padre, Anatoli, en el ayuntamiento de San Petersburgo en la década de 1990.

Aunque los sondeos apenas le atribuían algo más del 1% en intención de voto, su candidatura inyectó un poco de vida a unas presidenciales de resultado certero y aportó críticas de una inusual virulencia contra el Kremlin en los medios federales.

Grigori Yavlinski, el liberal veterano

Grigori Yavlinski, de 65 años, es uno de los escasos políticos de orientación liberal con algo de peso en Rusia y fundó el partido Yábloko poco después de la caída de la Unión Soviética.

Pese a seguir siendo crítico con Vladimir Putin, su candidatura a las presidenciales -la tercera- se percibe con escepticismo y apenas superaba el 1% en intención de voto en los sondeos.

Boris Titov, el empresario

Representante de los empresarios de Rusia, Boris Titov, de 57 años, decidió presentarse a las elecciones sin ninguna esperanza pero con el objetivo de «convencer a Putin de cambiar la economía».

Se le atribuía el 0,4% en intención de voto. Es partidario de medidas para relanzar la economía y de que se normalicen las relaciones con los países occidentales.

Serguéi Baburin, el nacionalista discreto

Presidente del partido nacionalista Unión del Pueblo Ruso, Serguéi Baburin, de 59 años, es una figura poco conocida y se habla poco de él en los medios.

Ex vicepresidente de la Duma, la cámara baja del Parlamento ruso, asegura que lleva más de 20 años luchando contra las orientaciones «neoliberales» de las autoridades.

Maxim Suraikin, el comunista díscolo

Pocos habían oído hablar de Maxim Suraikin, de 39 años, antes de que presentara su candidatura. Exmilitante del Partido Comunista, rompió con la formación antes de fundar, en 2012, el partido de los Comunistas de Rusia. Su relevancia política es mínima.

DC / AFP

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