“El Yerri” confesó que antes de matar y picar a su madre la había prendido en fuego

La venta de una casa en la calle Junín sur de la ciudad de Maturín, sería el detonante de una discusión entre la madre, Rosalinda Mirabal (50) y Yerricsón Jesus Caviedes Mirabal (20), que luego pasó a la agresión física y culminó con el asesinato de la progenitora.

Ocurrió a mediados del mes de enero cuando la mujer llegó al inmueble para pedirle el desalojo al muchacho, quien ya tenía prontuario de drogadicción y violencia doméstica.

Al parecer Mirabal al notar la oposición a sus órdenes, respondió a los golpes; siendo herida en uno de sus brazos con una navaja que su descendiente consiguió en la habitación principal de la vivienda, donde sucedieron los hechos.

Presuntamente, comentó a las autoridades el mismo preso durante la confesión de los hechos, que la mujer lo siguió golpeando en la cara, con todo y que estaba sangrando.

Caviedes fúrico con la actitud de su mamá, la roció con gasolina y la amenazó con incendiarla. “Ella seguía golpeándome”, aseguró.

“El Yerri”, trató de escapar hacía otra de las habitaciones de la casa, encerrándose y colocando música a todo volumen para no escuchar los gritos de la mujer que estaba rociada con gasolina.

La dama consiguió abrir la puerta donde continuó la agresión física entre ambos. El joven que aún tenía un bidón de combustible en su poder la siguió enchumbando y escapó hasta el fondo de la casa; en ese lugar, los improperios se escuchaban en medio del ensordecedor sonido del equipo reproductor; cuando “El Yerri” decidió encender un yesquero color verde que sacó de su bolsillo, y produjo la incineración de su propia madre.

Con saña y con el alma retorcida por aquel macabro evento, el muchacho de 20 años dejó en el lugar el cadáver hasta que terminó de calcinarlo; en jornadas de quemas que desarrolló por tres días.

Los restos
Tras despiadadamente desintegrar a fuerza de candela el cadáver de su madre, Yerricsón Caviedes recogió los restos óseos en dos bolsas de basura color negro y se dirigió al caño Orinoco donde presuntamente los lanzó para que la corriente de las aguas residuales los arrastrara.

Evidencias
Una vez conocidos los datos aportados por el presunto homicida en los careos hechos con los funcionarios que llevan el caso, se procedió a la aplicación de las experticias técnicas con luminol.

La quimioluminiscencia arrojó presencia de sustancias hemáticas (Sangre), en las paredes del baño y cuarto, posiblemente donde el hombre hirió a su mama y al igual del sitio donde se lavó la sangre que se impregnó en su cuerpo.

Allanamiento
Durante dos días de investigaciones rigurosas, que iniciaron el pasado viernes 16 de marzo, se logró colectar dentro de la vivienda un yesquero de color verde, un bidón contentivo de gasolina con manchas de sangre, restos de caucho material que utilizaría para desintegrar el cadáver, un bloque de cemento con restos de sangre, un par de guantes color naranja, un zarcillo, propiedad de la fallecida y restos óseos.

El Cicpc continúa adelante con las investigaciones, esperando esclarecer el crimen y dar a conocer oficialmente lo ocurrido en este sonado caso que mantiene consternada a la opinión pública monaguense.

DC | La Verdad de Monagas

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