El papa Francisco lava los pies a 12 presos en la misa del Jueves Santo

Alrededor de 600 personas esperaban emocionadas en la histórica cárcel romana de Regina Coeli la llegada del papa Francisco este jueves. Por cuarta vez desde 2013, el pontífice eligió una prisión para cumplir con el tradicional rito del lavado de los pies del Jueves Santo, que rememora la Última Cena.

El pontífice llegó alrededor de las cuatro de la tarde a la cárcel de Regina Coeli, en el barrio romano de Trastevere. En el penitenciario visitó durante más de media hora a los detenidos que se encontraban en la enfermería para después celebrar la misa.

«En el ingreso de las casas estaban los esclavos que lavaban los pies. Era un trabajo de esclavos pero era un servicio, hecho por los esclavos», dijo el pontífice durante la homilía. «Jesús quiso hacer este servicio para darnos un ejemplo de cómo nosotros tenemos que servirnos los unos a los otros».

Después de la homilía, el papa Francisco lavó los pies a 12 detenidos, como hizo Cristo con sus discípulos según las Sagradas Escrituras. Entre los elegidos se encontraban cuatro italianos, dos filipinos, dos marroquíes, un moldavo, un colombiano, un ciudadano procedente de Nigeria y otro de Sierra Leona. La mayoría eran de religión católica pero también había un ortodoxo, un budista y dos musulmanes.

Desde que fue elegido papa hace cinco años Francisco ha continuado con la tradición de lavar los pies cada Jueves Santo como solía hacer cuando era arzobispo en Buenos Aires. El 23 de marzo de 2013 Francisco visitó la cárcel de menores de Casal del Marmo. Dos años después eligió la prisión romana de Rebibbia. Y en 2017 se encontró con los detenidos de un centro penitenciario de la provincia de Frosinone. La mayoría de los encuentros, como el de hoy, se produjeron de manera privada.

Con el Jueves Santo la Iglesia católica inicia cuatro intensos días de celebraciones que culminarán con el Domingo de Pascua. Por la mañana Bergoglio dio inicio a los ritos de la Semana Santa con la Misa Crismal celebrada en la basílica de San Pedro en el Vaticano en la que pidió a los sacerdotes que sean cercanos a su pueblo. «La cercanía es más que el nombre de un virtud particular», dijo el pontífice durante la homilía. «Es una actitud que involucra a toda la persona, su modo de establecer vínculos, de estar al mismo tiempo consigo mismo y atento al otro».

Con la celebración de la Santa Misa con los detenidos en la cárcel de Regina Coeli, Francisco concluyó la jornada con la que comienza el Triduo Pascual, que conmemora la pasión, muerte y resurrección de Cristo y que continuará mañana viernes con el tradicional Vía Crucis en el Coliseo de Roma.

 

DC / El Mundo

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