Liceísta en San francisco murió asfixiado

El olor a quemado fue el aviso de la tragedia. Nerva Parra salió a buscar ayuda porque se le quemaba su casa. Al regresar, no pudo salvar a su nieto, Jesús David Portillo Barrios, de 15 años. Murió ahogado con el humo.

La tragedia desgarró a los vecinos de la calle 27  del barrio San Benito. Los gritos de Nerva y su hija alertaron a todos. Eran las 3:00 am de ayer. Presumen que un cortocircuito ocasionó la desgracia.

“Yo me desperté con el olor a quemado”, narró Nerva intentando recomponerse. “Desde que murió mi esposo, Jesús David dormía conmigo, para acompañarme. Ponía un colchón al lado de mi cama”, precisó.

Al levantarse y salir a la sala, a Nerva la sorprendió el humo. La densa nube negra no la dejaba respirar. Como pudo, abrió la puerta del patio y corrió a llamar a su hija, la mamá de Jesús David, quien construyó su casa en el extenso patio. El joven era hijo único.

“Cuando regresamos, el fuego se había extendido y el humo también. Salía por las ventanas. Jesús David se levantó, corrió a otro cuarto, pero era asmático y no soportó el humo”, contó la mujer entre lágrimas.

Los gritos de madre e hija sacaron a los vecinos del sueño. Jesús pidió ayuda. “¡Mamá!, ¡Ayúdame a salir! ¡Sacame!”, pedía a gritos. Muchos vecinos lo intentaron: mientras abrían las mangueras para apagar las llamas, procuraban entrar a ayudar al liceísta. Todo fue en vano.

La madre  lamentaba: !No lo pude sacar. ¡Dios mío, por qué? Él es mi único tesoro. Mi único amor”.

“Los vecinos se ahogaban con la nube de humo negro. Era un olor muy feo porque toda la casa tiene cielorraso  y eso cogió candela”, dijo una vecina en el frente de la casa.
La vivienda no se incendió por completo. Tres cuartos (uno de ellos, donde se generó la chispa) y la amplia sala comedor sucumbieron al fuego.

Entre todos los que auxiliaron a la familia lograron apagar las llamas. Al entrar, encontraron a Jesús David en uno de  los cuartos. Estaba muerto.

Aún así, lo llevaron a la Policlínica San Francisco, pero nada pudo hacerse. Ingresó sin signos vitales.

Efectivos del Cicpc  iniciaron la investigación junto a los Bomberos del Sur. Trasladaron el cadáver a la morgue de Maracaibo para la necropsia de ley.

Jesús David estudiaba cuarto año de bachillerato en el Liceo Padre Vílchez, cerca de su casa. “Estaba muy pendiente de su abuela. Era un muchacho ejemplar”, contaron sus vecinos.

 

Doloroso Adiós

 

A las 11:00 de la mañana de este domingo 18 de febrero, sepultaron el cuerpo del liceísta Jesús David Portillo, de 15 años.

Decenas de jóvenes, amigos de Jesús, vecinos, familiares y amigos colmaron la calle 27 para despedir al joven a quien describieron como un muchacho educado con sueños de convertirse en un ingeniero mecánico porque los autos eran su pasión.

Al ritmo de la champeta y el reggaetón su féretro partió hacia el cementerio de San Francisco escoltado por autos tunning de los que Jesús era aficionado. El rugido de los motores no dejaba escuchar los lamentos de su madre pero al bajar el ruido, se le escuchaba decir: “¡Déjenme ver a mi hijo, mi tesoro, mi amor!”.

Para los que organizan los eventos de autos tunning, Jesús era un joven muy especial. “A su edad, hacía cosas asombrosas con carros de juguetes, su sueño era tener uno como los nuestros, y el exhibía sus carros en los eventos que teníamos”, dijo Álvaro Moreno del team Gráficos Aldana.

 

DC / Panorama

 

 

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