¿Por qué declarar a Jerusalén capital de Israel es tan controversial?

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró a Jerusalén capital de Israel en un movimiento que generará controversia en todo el mundo.

Por Oren Liebermann, CNN

El anuncio acerca a Trump al cumplimiento de la promesa de su campaña de trasladar la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén, una medida largamente buscada por Israel, pero que no hicieron anteriores presidentes estadounidenses debido a las preocupaciones regionales y el Estado disputado de Jerusalén entre israelíes y Palestinos; ambas partes reclaman la ciudad santa como su capital.

Al hacer pública su decisión, se espera que Trump firme una prórroga para mantener la embajada de EE.UU. en Tel Aviv por otros seis meses. Pero a la rama de seguridad del Departamento de Estado se le ha dicho que se prepare para protestas potencialmente violentas en las embajadas y consulados de EE.UU. si la Casa Blanca anuncia el traslado.

¿Por qué declarar a Jerusalén capital es un gran problema?

El estado final de Jerusalén siempre ha sido una de las cuestiones más difíciles y sensibles en el conflicto entre Israel y Palestina. Si Estados Unidos declara a Jerusalén capital de Israel, se consideraría un prejuicio en esa cuestión, decidiendo una cuestión que se supone que debe dejarse en las negociaciones y rompiendo con el consenso internacional sobre la ciudad santa.

Reconocer a Jerusalén como capital también mueve a Estados Unidos un paso más cerca de la reubicación de la embajada de Tel Aviv a Jerusalén, lo que se consideraría como un cimiento de la soberanía israelí sobre la ciudad.

¿Cómo se movería la embajada?

Logísticamente, mover la embajada a Jerusalén podría ser muy simple. Ya hay un consulado de EE.UU. en Jerusalén, mientras que la embajada permanece en Tel Aviv. Podría ser tan simple como cambiar los nombres: crear la embajada en Jerusalén y un consulado en Tel Aviv. El embajador de Estados Unidos en Israel mudará de su residencia en un suburbio de Tel Aviv a Jerusalén.

Pero eso sería casi la única parte simple. Mover la embajada corre el riesgo de desencadenar crisis diplomáticas con los Estados árabes que podrían incluir protestas generalizadas fuera de las oficinas diplomáticas de Estados Unidos en esos y otros países.

Las ramificaciones de un movimiento de la embajada se sentirían lejos de Jerusalén. Revertiría 70 años de consenso internacional, y, según muchos, sería una señal efectiva del fin de las acciones para lograr la paz entre israelíes y palestinos.

P.

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...

Tu opinión vale...