Matan a un obrero por presenciar un intento de robo

Katherine Margarita Arrieta no podía contener su dolor, cada vez que observaba el cadáver de Elvis Enrique Castro (43), mejor conocido como el “Catire”, su padre, tendido en medio de una trilla del barrio El Pedregal, lloraba. Por más que intentaron consolarla, resultó inútil, llevó las manos a su rostro y gritó: “¡Dios ayúdame!”

Mientras los detectives del Eje de Homicidios de la Policía científica realizaban las primeras pesquisas, los habitantes de la barriada comentaban entre sí que a la víctima la mataron porque estaba en el lugar equivocado. Los delincuentes “no lo perdonaron”, descargaron sus armas de fuego contra él.

El reloj marcaba las 8.00 de la mañana cuando el infortunado caminaba por la avenida 86, sacó el dinero en efectivo que tenía guardado en el bolsillo derecho de su desgastado pantalón negro, lo contó. Al escuchar unas voces que venían de la cañada subió la cabeza, eran unos maleantes que intentaban despojar a un hombre de una motocicleta, relató un vecino, cuyo nombre no reveló.

Los nervios invadieron a Arrieta, comenzó a pedir ayuda, en ese preciso momento los ladrones se subieron en la moto robada donde llegaron. Desecharon la idea de hurtar el vehículo ante la posibilidad de que la comunidad los linchará.

Venganza

La pesadilla apenas comenzaba, la aparente quietud y el silenció expectante que dejó el dúo criminal tras su huida se vio interrumpida por unas detonaciones. El parrillero desenfundó una pistola y le disparó al testigo en reiteradas oportunidades.

Los sabuesos manejan como móvil del asesinato el ajuste de cuentas, están tras el paradero de los hampones. El cuerpo sin vida del obrero permanece en la morgue forense donde los patólogos le practicaran la necropsia de ley.

LV

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