Complicidades que matan, por José Lombardi (@lombardijose)

He tratado de reflexionar mucho sobre la pregunta: ¿Qué paso con Venezuela y nosotros los venezolanos? Encontrar una respuesta me resulta difícil, sin embargo, me atrevería a decir que la causa principal trasciende las individualidades, pienso que ha sido una responsabilidad compartida heredada de generación en generación sobre la base de la complicidad social, no hemos logrado como cuerpo social fusionarnos en uno solo y darle vida a la gran alma social que tendría que ser Venezuela.

Somos una especie de cuerpo con alma escondida, sabemos que la tenemos, pero no terminamos de alcanzar su trascendencia, anclados en la negación del ser humano, como si fuera una maldición a cuesta, pienso a veces que fue Francisco de Miranda y su expresión: “! Bochinche! ¡Bochinche!” quien nos condenó a un mal sueño del que no podemos despertar, Maduro y su nefasta afirmación publica de que “estamos jodios pero contentos lo confirman”.

La lucha política predominante hoy en Venezuela, con sus respectivas exclusiones, es sobre quién se queda con el “botin” recordemos que el “botin” son todas las posesiones arrebatadas por el vencedor de una contienda, gobierno tras gobierno y generación tras generación arrasa con lo anterior para imponer algo nuevo que solo sirve para satisfacer sus integrantes y cómplices,  complicidad que en Venezuela  ha sido muy bien representada con la expresión popular: “pónganme donde haiga” que no es otra cosa que el aprovechamiento de la “cosa pública” lamentablemente hoy forma parte de nuestra cultura.

El pueblo confundido hoy no sabe distinguir quienes de sus líderes son Gobierno o Oposición, la complicidad silente esconde miles de negocios “turbios” en donde el narcotráfico y los negocios al margen de la ley nos ha penetrado, la comunidad internacional solo le interesa nuestras reservas naturales.

Mientras el petróleo sea la energía primaria del mundo no habrá “default” que genere la implosión, económica que muchos vaticinan y esperan, solo a través de un acuerdo interno con apoyo internacional será posible sustituir al actual Gobierno y así empezar a construir un país con un pacto social incluyente basado en los valores de la Democracia y la trascendencia del alma social.

En pocos días habrá elecciones municipales, el argumento de ir a votar como mecanismo de movilización social lo comparto sin embargo existen otras maneras de movilizar y entusiasmar a la gente, al pueblo hay que enamorarlo con un mensaje honesto que trascienda la agenda oficialista.

Ayer, en una de las cientos de misas que se celebraron en honor a nuestra virgen de Chiquinquirá, Monseñor Roberto Lückert nos decía que hoy en Venezuela el 70% de nuestra población es menor de 30 años, es allí donde radica nuestra esperanza de un futuro distinto,  cada nueva generación es nueva oportunidad, especialmente las mujeres jóvenes quienes de acuerdo a las palabras del arzobispo Monseñor Oswaldo Azuaje,  representan el rostro femenino y amoroso de Dios que tanta falta nos hace.

 

DC / José Lombardi / @lombardijose

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