¿Qué pasó el 15? por Jose Luis Pirela (@joseluispirelar)

El análisis de los resultados electorales pasa por la lectura de la política general. La MUD debe realizar una revisión autocrítica, repensarse como instancia para tomar decisiones y abrir un profundo debate sobre los temas estratégicos para no agotarse en lo electoral.

Estamos confrontando un gobierno dictador, arbitrario, sin escrúpulos, con fuertes vinculaciones con la corrupción, el narcotráfico y el terrorismo. Un régimen experto en la parodia y la mentira sistemática. La ausencia de dirección política, estrategia y objetivos definidos, en ocasiones nos arrastra a la subestimación del Régimen y a nuestro sobredimensionamiento.

La MUD está anclada en intereses electorales que afectan la visión de conjunto. Hace falta definir el esquema entorno a los intereses geopolíticos hacia la “Nueva Venezuela”. No basta con la amplia solidaridad internacional del mundo democrático. Hay que ampliar alianzas, definiendo la ruta venezolana, sin colocarnos a la cola de otros centros de poder que en ocasiones nos dejan sin sustentación política, en el gran objetivo de cambiar este modelo ruinoso y dictatorial.

Enfrentar un Gobierno sin escrúpulos nos obliga a consolidar la Unidad alrededor de una estrategia, un plan con objetivos definidos a corto, mediano y largo plazo. No basta con salir de Maduro –siendo importante y necesario, pero no suficiente-. La MUD y no el G4 excluyente, está obligada a debatir porqué pasamos en el 2015 de 7.726.066 votos contra 5.622.844 del gobierno, con una participación entusiasta del 74% a los adversos resultados del 15-O, en los cuales obtuvimos: 4.852.353 votos contra 5.571.859 votos del oficialismo con una participación del 61%.

Este balance nos obliga a preguntarnos ¿Por qué bajó la participación? ¿Por qué la gente no salió a votar? Sería simplista pensar que eso no tiene una carga política de errores, omisiones y falta de dirección en la MUD. Es urgente abrir el debate, elaborar una política y consolidar la Unidad, sin abandonar el camino democrático, electoral y constitucional. El Gobierno también mete la pata, convocó elecciones para edulcorarse de democracia, su arrogancia los deja al descubierto y patean su propia estrategia. Decidieron elaborar con ese propósito una ruta electoral y luego acuden a mecanismos fraudulentos como el descarado robo cometido contra Andres Velásquez en Bolívar.

Ofrecer una relación de incidencias requiere un tomo de barbaridades cometidas: migración inconsulta de electores, impedir la sustitución de candidatos, colocar impostores en lugar de miembros sorteados, desalojo de testigos, represión del plan república, ruleteo de las maquinas, voto múltiple, cuaderno paralelo, sustitución de centros de votación, bandas armadas, robo de vehículos a dirigentes y electores, etc.

A esto se le agrega el uso de fondos públicos y peculado de uso en todos los organismos del Estado. Fraude continuado. Frente a todo ese aparataje perverso, ganamos con voto:

Zulia, Táchira, Anzoátegui, Nueva Esparta, Mérida y Bolívar, cuya trampa es tan burda que las actas dejan en evidencia a esa casa del truco llamado CNE. Vale la pena preguntarle a Tibisay por los 8 millones del 30J.

Maduro está actuando con doble agenda: la ruta electoral y el caos. Por eso pretende obligar a los gobernadores electos a juramentarse ante la ANC fraudulenta, violando la Constitución. Nos provocan para empuntarnos hacia la violencia. La MUD debe formar políticas para los nuevos escenarios.

 

DC / José Luis Pirela / Diputado AN por San Francisco– Zulia /Notas Progresistas / http://movimientoprogresista.org.ve / @joseluispirelar 

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