Cuatro muertos en protestas contra elecciones en Kenia

Dos de las muertes se produjeron en la capital, Nairobi, mientras que las otras dos se registraron en los bastiones opositores de Homa Bay y Kisumu (oeste), donde ni siquiera habían podido comenzar las votaciones a solo una hora del cierre de los colegios electorales, fijado para las 17.00 hora local (14.00 GMT).

Las cuatro personas fallecieron a causa de las heridas de bala causadas por los disparos de las fuerzas de seguridad encargadas de dispersar a los manifestantes, que intentaban bloquear el acceso a los colegios electorales para impedir la votación.

Los heridos, algunos de ellos también por disparos, se registran en estas tres ciudades y en otras áreas de mayoría opositora, como Migori.

Sin embargo, la policía desmintió en un comunicado una de las cuatro muertes, la que se habría producido en el barrio chabolista de Mathare (Nairobi), y denunció que estas informaciones «son evidentemente falsas, con el objetivo de hacer creer que las elecciones están enturbiadas por una violencia generalizada».

El comunicado difundido solo confirma una muerte en Homa Bay y explica que se produjo cuando los agentes trataban de protegerse de un asalto de los manifestantes a su comisaría.

Según la policía, estos «incidentes aislados» están protagonizados por «bandas de jóvenes» en tan solo 5 de los 47 condados del país.

A pesar de que el líder de la principal coalición opositora, la Súper Alianza Nacional (NASA), Raila Odinga, ha pedido a sus seguidores que no salieran de sus casas, algunos decidieron manifestarse.

En áreas occidentales como Kisumu o Siaya los seguidores de la oposición levantaron barricadas y controles informales para evitar que el material de votación llegase a los colegios electorales.

La oposición llamó a no participar en las elecciones ya que considera que la Comisión Electoral no había acometido las reformas necesarias para garantizar un proceso creíble que evitara repetir las irregularidades que llevaron a invalidar los resultados de los comicios del pasado 8 de agosto, que se saldaron con la reelección del presidente Uhuru Kenyatta.

Amnistía Internacional exigió a las fuerzas de seguridad kenianas que «se controlasen» y que «evitaran utilizar armas de fuego para dispersar las protestas» en las zonas opositoras, donde se ha «desplegado un fuerte dispositivo» de agentes.

V.

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