Anomia venezolana, por Joaquín Chaparro O. (@joaquinchaparro)

Sociológicamente, la Anomia representa un estado que surge cuando las reglas sociales se han degradado o se han eliminado y no son respetadas por los integrantes de una comunidad. También, hace referencia a la carencia de leyes o normas de estricto cumplimiento por la sociedad en un momento históricamente determinado. Cuando este fenómeno surge, constituye una consecuencia de la mala práctica del proceso político, jurídico, económico y social. En este sentido, la nación que atraviesa por este anómalo, debe recapacitar, interpretar el momento con inteligencia, con racionalidad política, con sindéresis entre los grupos sociales, de lo contrario, imperara el CAOS.

 

En esta situación se encuentra actualmente Venezuela, un país rico en recursos naturales, con un talento humano exclusivo, de primer mundo, con una historia democrática envidiable, pero hemos llegado a esta situación, producto de la funesta orientación política manejada desde el Ejecutivo Nacional. En ese contexto según expertos, el madurismo tocó fondo con una aprobación de apenas un 17% de ciudadanos que aun consideran que el gobierno lo hace bien, aunque inventaron que en las últimas semanas ha subido un 5%, implica que un 76% de la población considera que la economía es su principal problema y razones no faltan.

 

 Veamos, en el país cerca del 50% de las familias comen menos de 3 veces al día, es decir, siete (7) de cada 10 personas conoce a alguien que está pasando HAMBRE. Menos de un 1/3 de la población recibe las cajas Clap regularmente. Casi todos son militantes del chavismo. Paralelamente, estamos ante una inminente hiperinflación, la cual apunta a un cierre de año en 1.400% hiperinflacionario. Eso indica que el estrato D y E destina un 90% de su presupuesto para la compra de comida.

 

Vale decir que frente a esta situación, entre 1.5 y 2 millones de votantes  han migrado de un total de electores según el Registro Electoral Permanente de 19.805.002, eso implica que se presenta un desplazamiento poblacional hacia países vecinos, ante lo cual autoridades gubernamentales están preocupados por los miles de venezolanos en condiciones de refugiados en estas naciones, hasta el punto que la organización del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), ha mostrado su preocupación por este flagelo nunca conocido en Venezuela.

 

Por su parte, la Comunidad Internacional amenaza  con aplicar más sanciones, señalando que se avanza hacia un quiebre económico de terror y se pronostica para el país, por parte de los organismos multilaterales, la posibilidad que entre en “Default” o suspensión de pagos, lo cual es grave para todos los venezolanos porque a nivel financiero significa que esta situación surge cuando un país no puede pagar a tiempo las cuotas e intereses de una deuda. Además, la producción petrolera venezolana neta ha caído entre 1.4 y 1.5 millones de barriles diarios, lo que presagia un final de año terrible y un 2018 rudo, bajo el umbral de una incertidumbre económica.

 

Ante este dantesco panorama nacional, las elecciones de gobernadores convocadas para este domingo 15 de octubre se traducen en un termómetro para medir el estrepitoso rechazo del pueblo al gobierno de Maduro, según los analistas y encuestadoras se indica que la oposición tiene aseguradas 12 gobernaciones, el gobierno 6 y hay 5 oscilantes. Pues bien, la depresión económica en Venezuela (más de 1000% de inflación), la funesta conducción política, la crisis humanitaria, ha conllevado al país hacia una situación de anomia prolongada, un túnel del cual costara mucho esfuerzo, y mucho tiempo en recuperarnos hacia la prosperidad, tiempos de anomia.

 

 

DC / Joaquín Chaparro / Ex Concejal de Maracaibo /  @joaquinchaparro

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