El Monstruo de Santa Ana cumplió su promesa y murió de hambre en calabozos de Polimaracay

El múltiple homicida cumplió con su palabra. El albañil Héctor Eduardo Sumoza Padrón, alias el “Monstruo de Santa Ana”, falleció por inanición en los calabozos de la policía científica de Maracay en horas de la mañana de este jueves.

El criminal acusado de asesinar a cinco integrantes de una familia por un kilo de queso, detenido desde hacía una semana, se negó a probar un plato de comida y consumir agua para evitar ser trasladado al Centro Penitenciario de Aragua.

Sumoza Padrón quien era señalado de matar a tres menores de edad, había comentado a los detectives del Cicpc que al pisar la cárcel sería descuartizado en pocas horas, pues en los penales no perdonan a los infanticidas. Aseguró que prefería morir antes de darle el gusto a los reos Había sido advertido que allí lo esperaban para dar cumplimiento al añejo código carcelario, especie de pena de muerte que incluye atroces sufrimientos.

Las autoridades lo sindicaban de haber perpetrado la masacre en una vivienda donde laboraba, situada en el sector Santa Ana, detrás del terminal de pasajeros de Maracay. A las seis de la mañana falleció tras sufrir un infarto, señalaron en la morgue de Caña de Azúcar.

Estaba convicto y confeso, pero nunca pidió ser perdonado. Su caracter templado lo acompañó hasta la tumba, dijeron los detectives que lo capturaron cuando buscaba a la abuela de los niños para cumlminar su fatídica «obra».

DC | Notitarde

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