Los jefes humildes aumentan la productividad de las empresas

Muchas veces los directivos no se percatan de la distancia tácita que marca el simple hecho de dirigir desde una oficina y sin estar involucrados en el proceso creativo en el propio campo de trabajo.

Pero son justo esas distancias las que, según Duane, crean un abismo entre el empleado y el jefe, lo que desencadena la pérdida del contacto con el equipo y en el posterior fracaso de sus gestiones.

“Las relaciones con los compañeros de trabajo tienen que ser más profundas y más significativas que un simple, ‘Hola, ¿cómo estás? o `Ten un buen fin de semana’ que no son más que charlas superficiales típicas de los jefes.

Las relaciones son el núcleo básico de liderazgo humilde y centrado. El desarrollo de relaciones es el material de apoyo organizacional percibido y que desencadena en el respeto. No es suficiente parecer un jefe cercano, hay que serlo, según el estudio.

¿Cómo ser un jefe un humilde?

Según explica Duane en el digital Management-Issues, el trabajo de apoyo hacía el equipo y la humildad como líder (no debería ser) tan difícil. Para ello, los jefes solo necesitan:

• Sentirse inspirados por un estilo de gerencia humilde (desear ser un líder cercano).

• Cuidar de las personas de su entorno (el elemento de relación cercana con sus equipos sin acabar con las delimitaciones jefe-empleado).

• Ser emocionalmente sensible ante las necesidades del colectivo.

• Comprender y predicar que el cambio es un progreso natural.

• Ser visible en las áreas de trabajo (no ejercer como jefe desde su despacho) y hablar e intercambiar ideas con los compañeros de trabajo (su equipo).

• Y, quizá lo más importante de la lista, fomentar entre los miembros de la organización la libertad de aprender constantemente, de experimentar y crecer.

Los jefes pueden lograr esta hazaña increíblemente productiva, según los estudiosos en el área, exaltando los puntos fuertes de sus empleados y admitiendo con toda franqueza que nunca se sabe todo, que todos tenemos debilidades y cometemos errores.

Cualquier persona que dirige un departamento o un área en su organización sabe que las empresas son sistemas complejos y en constante evolución, inclusive de maneras a veces imperceptibles. Con el tiempo, a medida que aumenta la confianza entre jefes y empleados, el resultado es visible a diario.

Lograr ser un jefe humilde y cercano no debe ser una estrategia para mantenerse en el poder, más bien debe ser una herramienta que le haga un líder peculiar, con carisma y que lo diferencie del resto, eso al final contribuirá con su reputación e imagen profesional.

DC/Agencias

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