Venezuela desde Adentro, por Albert Geovo (@aegeovo) 

No habrá norma referente a DDHH nacional e internacional que el régimen de Venezuela no haya violado, no habrá indemnización que valga cuando todo esto acabe, y no habrá secreto por muy bien guardado que no salga a la luz, cuando todo esto pase.

Es evidente, y ya esto es un secreto a voces, que el sostenimiento del régimen de gobierno fallido, autoritario,  tiránico,  totalitario o dictatorial, o como mejor les parezca a los presente, ya que se inviste de innumerables formas para mantenerse en el poder por todos estos largos años en pie,  con la participación y apoyo a veces consiente y otras inconsciente  de los adversarios.

Elecciones tras elecciones, protesta tras protesta, marcha tras marchas, huelgas tras huelgas, evento tras evento,  el régimen en todos ha sido un maestro en influir es todos los espacios hasta el punto de controlarlos, dispersarlos y disolverlos con su simple ubicación y penetración.

Ya no queda espacio que el régimen no este presente, en los movimientos, partidos, agencias y agentes comunicadores de cambio, de los más moderados hasta los más opuestos al régimen, en todos se encuentra presente y muy bien informado e involucrado dentro del teatro de operaciones que el régimen dirige de forma eficiente; cada movimiento lo conoce muy bien el régimen, déjenme expresar, para consuelo ,  que así ha sucedido y sucede en todos los regímenes dictatoriales del mundo, y en el caso venezolano no podría ser distinto.

A los intelectuales desde los más agudos hasta los menos , a todos en general, escriben llenos de miedos, y hablar les es mucho más complejo, les aterra la verdad, pero lo cierto es que todos están afectados por el modelo de dictadura estratégicamente diseñada que imponen desde círculo del poder.

Lo más irónico es que la disidencia no habla de cambio de modelo, y se escuchan voces tarifadas desde el mismo régimen, “que es necesario un cambio en el modelo político y económico del país”, mas desde la disidencia esto parece no ser la prioridad, sino el tumbar al rey.

Dentro de la misma disidencia se habla de la derecha, cuando es bien sabido que tal derecha no existe, ni ha existido, y ya de esto se ha hablado en innumerables veces por todas los medios de comunicación nacionales e internacionales, incluyendo  redes sociales.

En Venezuela todos los partidos políticos son de izquierda, pero el régimen ha sido muy inteligente en clasificar a todos sus adversarios y colocarlos del lado de la derecha, para de esa forma sencilla, clasificar a todo aquello que se le oponga a su política.

La política del régimen está clara, y esta es destruir el país, todo lo poco o mucho que se había construido en más de 100 años de historia, con la esperanza de reconstruirlo algún día, pero queda claro que no será el régimen los reconstructores de la nación.

Todos los años no hay venezolano que no haya sentido la sensación que “esta vez si cae el régimen”, y ése sentimiento se termina desvaneciendo en toda esas tormenta de protestas,  elecciones, insurgencias, instigaciones, atentados, mítines, crisis, entre muchas cosas,  ¿por qué?  Porque no habido dictadura en el mundo que no haya tenido el respaldo de grupos e intereses políticos y  económicos a través de la ley; y es preciso que esto se estudie y reflexione.

Por otro lado se escucha desde todos los sectores que es necesario un cambio en el modelo, un cambio de sistema, pero pocas veces se dice ¿cómo?, ¿por cuál?, o ¿para qué?, lo cual también es importante que se contesten cada una de estas interrogantes y dejemos los discursos vacíos, ya que el ciudadano de a pie, ya los demanda, los exige.

Desde el mercado popular, donde está el ciudadano llano, escuchamos nociones tales como: es necesario el libre cambio, libertad de precios, respeto a la propiedad privada, seguridad en todos los sentidos, infraestructura de calidad, vialidad en buen estado, servicios de calidad, menos burocracia, justicia eficiente; pero queda claro que el modelo de gobierno actual en nada de esto trabaja, ya que se beneficia de todo el caos contraproducente que lo contrario a una política sana genera.

 

DC / Albert Geovo / Abogado, Maestrando Ciencias Políticas/ albertgeovo@gmail.com @aegeovo

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...

Tu opinión vale...