Vitaminosis, ¿carencia o abuso?

Las vitaminas son sustancias que requiere el organismo para su desarrollo normal. La carencia o exceso de éstas, ocasionada por una dieta deficiente o abuso de complementos alimenticios, puede generar enfermedades genéricamente conocidas como vitaminosis.

En nuestros días se llama la atención muy a menudo sobre la importancia de las vitaminas, y muchos productos alimenticios son promocionados bajo el lema: «enriquecido con vitaminas», de modo que atribuimos a estas sustancias un valor que, si bien es justificado, en muchas ocasiones es excesivo.

Desafortunadamente, hay quien olvida que una dieta balanceada por sí misma proporciona todos los nutrientes que necesitamos, y sólo en casos especiales se aconseja el refuerzo de un producto que complete la dieta; al contrario, convierten a polvos y cápsulas en su base alimenticia e ingieren comidas rápidas sin horario fijo, esperando que su complemento alimenticio, muchas veces suministrado en cantidades excesivas, cubra sus necesidades.

En el otro extremo se encuentran los individuos que por tratar de alcanzar un ideal de belleza se privan de sus comidas diarias con la idea de que, al comer menos, su silueta poco a poco adelgazará hasta alcanzar un estereotipo estético, sin notar que desbalancean su dieta y propician el surgimiento de enfermedades.

Cierto es que seres vivos como vegetales, hongos y microorganismos son capaces de elaborar vitaminas por sí mismos, pero no los humanos; nosotros necesitamos de una alimentación balanceada, que incluya productos de todos los grupos de alimentos, para procurar que haya estabilidad y evitar los trastornos orgánicos relacionados con estas sustancias, conocidos como vitaminosis. Se conocen tres tipos:

  • Avitaminosis: cuando hay carencias totales de una o varias vitaminas.
  • Hipovitaminosis: hay carencia parcial de vitaminas.
  • Hipervitaminosis: en caso de existir exceso de una o varias vitaminas.

Las vitaminas se dividen en dos grupos, de acuerdo a si son capaces de disolverse en agua (hidrosolubles) o en grasas (liposolubles). En el primer grupo encontramos a la vitamina C y las del complejo B, y en el segundo a las vitaminas A, E, D y K; por cierto, es más fácil padecer hipervitaminosis de estas últimas, ya que al ser poco solubles en agua son también difíciles de eliminar por la orina.

DC/Agencias

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