Último recurso legal de «narcosobrinos» cuenta con muy pocas probabilidades de éxito

Los sobrinos de la pareja presidencial de Venezuela, quienes fueron declarados culpables en Nueva York por tratar de exportar 800 kilogramos de cocaína a Estados Unidos, enfrentan probabilidades extremadamente bajas de conseguir que el juez revierta la sentencia, como solicitaron, y más bien podrían ser condenados el mes que viene a más de 20 años de cárcel.

Expertos calificaron la moción solicitando la desestimación del veredicto de culpabilidad dictado en contra de los sobrinos, Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas, como una medida de último recurso que casi nunca funciona.

Los expertos también pronosticaron que el juez emitirá una sentencia muy severa contra los acusados al tomar en cuenta todas las circunstancias que rodean el caso, incluyendo los asesinatos de informantes de la DEA que contribuyeron en el arresto de los sobrinos.

“Todo abogado que tiene un juicio, automáticamente introduce esa moción [de desestimar la sentencia] después del veredicto, pero es totalmente usual que el juez lo niegue”, explicó Rubén Oliva, un abogado defensor que participó en algunos de los más sonados casos de narcotráfico de los últimos años.

“El que lo hiciese [aprobar la moción] sería extremadamente extraño. Es algo que para nada suele ocurrir”, enfatizó Oliva.

Al introducir la moción a finales de enero, los abogados defensores argumentaron que el caso contra los sobrinos fue “extremadamente raro” y que fue mancillado por el perjurio cometido por el testigo clave de la fiscalía.

“Es un raro caso de narcóticos donde ningún tipo de narcótico fue obtenido por los investigadores y donde el único actor del gobierno que alguna vez vio los presuntos narcóticos fue arrestado durante la investigación y posteriormente incurrió en perjurio”, estableció la moción introducida por la defensa.

La estrategia central de la defensa durante el juicio que culminó en la declaración de culpabilidad en noviembre fue que los sobrinos de la pareja presidencial eran demasiado estúpidos para saber lo que estaban haciendo y que los informantes que colaboran con la Agencia Antidroga Estadounidense (DEA) terminaron enredando a los acusados en una operación de narcotráfico en las que ellos realmente no querían participar.

Pero el jurado que declaró la sentencia de culpabilidad escuchó todos esos argumentos y también estuvo presente cuando la defensa llegó a demostrar en corte el testigo de la fiscalía había cometido perjurio.

“Cobra mucha importancia que pese al hecho de que el jurado estuvo al tanto de esa situación [de perjurio] al final no le importo al emitir el veredicto”, dijo Oliva.

“En estos casos el principal testigo suele ser el propio acusado, fueron sus palabras y acciones que terminaron demostrando la culpabilidad”, agregó.

El caso contra Campo Flores y Flores de Freitas efectivamente estuvo basado principalmente en las grabaciones tomadas por la DEA donde los acusados no solo discutieron los detalles de la operación que ellos trataron de orquestar sino que alardearon que el narcotráfico en Venezuela era controlado por el chavismo.

En las grabaciones tomadas, los sobrinos admitieron que querían realizar la operación no solo porque se querían enriquecer sino porque querían ayudar a financiar la campaña para la Asamblea Nacional de la Primera Dama, Cilia Flores.

“Las palabras y las acciones de los acusados reflejan que mantenían la firme creencia que, por virtud de su poder y de sus conexiones, ellos podían actuar con impunidad”, respondió la fiscalía en los documentos de la corte.

El juez que lleva la causa tenía previsto dictar la sentencia el 7 de marzo, pero el proceso fue postergado temporalmente debido a la solicitud desestimar el veredicto que introdujo la defensa. Aun así, los observadores esperan que la corte se pronuncie sobre la moción y dicte la sentencia para antes de que culmine abril.

Félix Jiménez, quien llegó a ocupar el tercer puesto en importancia en la DEA antes de pasar a retiro, dijo que el juez probablemente emitirá una sentencia muy severa contra los acusados.

“Yo creo que les van a echar entre 20 y 25 años de años de cárcel”, dijo Jiménez, quien ha estado siguiendo el caso de los sobrinos con interés.

“Yo no creo que el tribunal va a tener ningún tipo de compasión con estos individuos. En el caso quedó en evidencia que a los informantes que les delataron terminaron matándolos, y que los sobrinos sabían lo que estaban haciendo. Uno de ellos es abogado, y los dos siendo sobrinos de Cilia Flores gozaban de un enorme poder en Venezuela”, agregó Jiménez.

Al menos dos de los informantes que ayudaron a la DEA en el caso fueron asesinados después del arresto de los sobrinos, según documentos de la corte y personas familiarizadas con la situación.

El informante identificado por las autoridades como CW-1, quien aparece sentado en una silla de ruedas frente a los sobrinos en una foto suministrada por la DEA, fue ejecutado pocos días después del arresto de los acusados.

“En, o alrededor del 4 de diciembre del 2015, fui notificado que CW-1 había sido asesinado”, declaró el agente especial Sandalio González, perteneciente a la División de Operaciones Especiales de la agencia, en un documento de la corte.

“Han matado a dos”, dijo una de las fuentes que habló bajo condición de anonimato. “Al de Honduras, [CW-1] lo mandaron a matar desde Venezuela”.

El segundo se encontraba en Venezuela y era un colaborador que participó en la periferia de la operación encubierta que condujo al arresto de los sobrinos.

Las órdenes fueron emitidas por los proveedores de droga de los sobrinos en Venezuela, dijo la fuente.

Campo y Flores, quienes fueron criados como hijos por Maduro y su esposa Cilia Flores, fueron arrestados el 10 de noviembre en Haití y actualmente enfrentan cargos en la Corte Federal del Distrito Sur de Nueva York de conspirar para importar a Estados Unidos 800 kilogramos de cocaína de alta pureza.

Gran parte de la evidencia contra los jóvenes fue recaudada en reuniones previas con informantes de al DEA, que incluían a CW-1, un narcotraficante que operaba en Honduras y que venía colaborando con la agencia antidrogas con la esperanza de alcanzar un acuerdo extrajudicial para reducir los cargos presentados en su contra en Estados Unidos.

Jiménez dijo que en su opinión los sobrinos cometieron un grave error al preferir declararse inocentes e ir a la corte en vez de declararse culpables y negociar un arreglo de colaboración con las autoridades.

De haberlo hecho, probablemente su hubieran ahorrado más de una década en la condena que están por recibir. “Podrían haber obtenido una sentencia de ocho años de cárcel, y haber salido de prisión con solo cumplir cinco”, dijo.

DC|ENH

 

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...

Tu opinión vale...