¿Una Comisión Especial para el Esequibo en la Asamblea Nacional? Por Luis Barragán (@LuisBarraganJ)

La sola Declaración de la Secretaría General de la ONU de diciembre próximo pasado, dando un plazo de doce meses para remitir nuestra reclamación sobre el Esequibo a la Corte Internacional de Justicia, de no acordar con Guyana la continuidad del Acuerdo de Ginebra, es motivo suficiente para alarmarse, tras constatar que Maduro Moros nos conduce a la pérdida resignada de más de sesenta años de esfuerzos políticos y diplomáticos que se hicieron toda una Política de Estado. La canciller que escenificó un burdo espectáculo a las puertas de MERCOSUR, apenas tweedteó un equívoco saludo a la bandera y, cumplida burocráticamente la efemérides, la Casa Amarilla fue escenario de celebración del 51° aniversario del Acuerdo, con asistencia de la señora embajadora del vecino país, como si no hubiese motivo alguno para inquietarse.

Hemos propuesto a la Asamblea Nacional, recientemente, la conformación de una Comisión Especial o Mixta que atienda el problema, pues, siendo tan específico como tormentoso, no debe entrar en la normal faena de sus comisiones permanentes atiborradas por otras materias. Versamos sobre una instancia de seguimiento, consulta y propuestas para una Política de Estado que reciba, como inicial trabajo, toda la información oficial necesaria para evaluar la realidad actual y las alternativas sensatas, pero muy firmes, que emerjan de un debate leal, múltiple, intenso, profundo y compartido.

Conformada por representantes de las comisiones de Política Exterior, Defensa y Política Interior, ha de dedicarse exclusivamente al problema con el concurso de los sectores académicos y del voluntariado organizado de la sociedad civil que cuentan con conocimientos actualizados, dispuestos a la consulta y a la orientación. Quizá porque nos ha tocado trabajar el tema con voceros de ambos sectores, e, incluso, participando con un modesto trabajo para la publicación arbitrada de la Universidad Metropolitana, con aval de las universidades de Los Andes y Simón Bolívar (*), comprendemos muy bien las angustias de una ciudadanía experta que merece toda la indispensable atención en esta hora tan difícil para Venezuela.

Estamos muy conscientes del papel que  le corresponde a la Asamblea Nacional, alejados de la tentación de co-gobernar la política exterior venezolana, y, particularmente, en el ámbito de la histórica reclamación. Basta el cabal ejercicio de nuestras competencias, facultades y atribuciones para enderezar el curso de una conducta, derivada de la poderosa convicción que la informa, como la del gobierno que, en lo personal, luce displicente y entreguista, pero necesitada de la polémica pública para depurarla y hallar el camino correcto.

Reiteramos, nadie – en su sano juicio – desea la destrucción de Guyana. Al contrario, ésta puede conseguir la senda de su desarrollo democrático, social, económico y cultural de negociar cordialmente con Venezuela para compartir un generoso horizonte en el marco de la integración regional.

(*) C. Briceño, J. Olivar y L. Buttó: “La cuestión Esequibo: Memoria y soberanía”, Unimet-ULA-USB, Caracas, 2016.

DC / Luis Barragán / Diputado AN / @LuisBarraganJ

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