¡A quien le quede el flux, que se lo ponga! Por Daniel Hernández Luengo (@danielovtsky)

En estos tiempos de total incertidumbre, donde la angustia se hace colectiva, he comprobado lo necesario que es proyectar siempre la esperanza en la sociedad, dondefinalmente termina convirtiéndose en motivo, además de resultado.

Podemos llegar a ser la luz en el camino del caído, e inclusive, me atrevería a afirmar,que somos la voz de muchos ciudadanos deseososde expresar su opinión, sobre la situación actual del país, a través de los medios de comunicación.

A pesar de haber esbozadoen mi artículo anterior, ciertas recomendacionesque permitiese buscar el equilibrio en la vida de cada ser, algunos asiduos lectores manifestaron la titánica tarea de comenzar ese gran cambio, en medio de la indolencia y desidia de algunos políticos, que según la opinión de ese grupo de seguidores, forman parte del problema, mas no de la solución a la crisis.

En virtud de lo relatado, y de conocer mi entusiasmo hacia las letras por varios de ellos,me exigieron publicarun tautograma escrito escasos años atrás a manera de soneto, el cual dediqué a un despreciable hombre del ámbito cultural, quien sumergido en su incapacidad natural, se atrevió a ofender en reiteradas oportunidades a una dama que formaba parte del equipo de trabajo.

Mucho se preguntarán ahora,¿qué relación tiene el tautograma con el artículo de hoy? ¡Pues, muy simple! Todos alegaron sin discrepancia sentirse identificados con el mensaje,y a manera casi de ruego, exigieron la publicación del mismo,con dedicatoria especial avarios funcionarios públicos.

Manifiesto rotunda negación a dicha petición, por lo que decido responsablemente omitir nombres en la siguiente epístola. De esta forma, cumplo con la única intención de ser portavoz del sentir de un grupo de venezolanos inconformes, como en otra época y por situación distinta, pudo sentirse el autor.

 

Altivo, adocenado, altanero;

antepones ambiguas aserciones.

Asumes, ¡aciago!, atroces acciones,

asiduo abusador andadero.

 

Adulas ágilmente acorralado,

amenazas aflorando arrogancia;

aforas adornada alternancia,

ante aquel aumento acobardado.

 

Andas alardeando aún atrevido,

adjudicando alevosía agravante;

áspid, asno, andrógino aburrido,

 

 

ahogas, apestoso, aberrante,

apodado andrajo aborrecido,

adicto alocado alucinante.

 

 

DC / Lcdo. Daniel Hernández Luengo / Coordinador de Historia y Rescate Patrimonial Biblioteca Virtual de Maracaibo “Randa Richani” / dahlpahg@gmail.com / @danielovtsky

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