Nuestro valor agregado, por Golfredo Dávila (@golfredodavila) 

Cada ser humano agrega un valor a su vida cuando se organiza y lucha por el bienestar colectivo. Pero en esta Venezuela agobiada por la tragedia que significa este modelo anquilosado y retrógrado, causante del largo periodo de sacrificios y penurias a la población, nuestro principal valor agregado es la voluntad de cambio de las grandes mayorías nacionales.

 

Ese norte se concreta en un proyecto País consensuado, centrado en el ser humano y opuesto radicalmente al actual modelo. No es entonces, un “quítate tú para ponerme yo” debe ser un proyecto transformador dirigido al desarrollo del País, afincado en la producción nacional y la defensa del presupuesto familiar; un nuevo modelo inclusivo, democratizador del Estado y la sociedad, que rescate el hilo constitucional y los derechos sociales, políticos y económicos; que vigorice la descentralización y desconcentración de los poderes; que garantice la autonomía de las organizaciones sociales y que promueva la participación de los ciudadanos en el ejercicio y control de la cosa pública.

 

Otro invaluable valor es por supuesto la unidad. La sociedad cuenta con instrumentos para el control del Estado, pero estos, aparte de haber sido defenestrados por el actual régimen oprobioso, están atomizados. Pero su dispersión ha encontrado un antídoto y es que la ciudadanía está decidida a unirse para superar la crisis, la unidad es hoy la niña de sus ojos.

 

Ahora bien, querámoslo a o no, en los últimos años ha sido la MUD, con sus virtudes y defectos, la instancia unitaria que ha capitalizado esta aspiración de la sociedad, y ha alcanzado una dimensión mucho mayor que la suma de sus partes. Pero los partidos políticos se apropiaron de ella, es hora que la sociedad en pleno la haga suya y le agreguen valor. A ella deben sumarse los trabajadores, el movimiento estudiantil, las academias, las universidades, las organizaciones comunitarias y de la sociedad civil, los empresarios, las iglesias, entre otros. Así se construirá, de verdad, la unidad superior, muy necesaria para unir al País y construir el cambio.

 

Este valor se verá reforzado si se democratiza, para lo cual hay que aislar los ruidos que hacen esfumar sus objetivos. Debe dejar de ser sólo una alianza electoral, muchas de las veces usada para satisfacer las ambiciones de algunos; tiene que convertirse en el eje que articule el conflicto social y político; debe ampliarse y romper con las pugnas intergrupales por el control; priorizar sin desdén las elecciones primarias para la escogencia de los candidatos a todos los cargos, los “consensos” son mecanismos que usan las hegemonías para imponerle su voluntad al resto; alimentar la crítica reflexiva y constructiva y execrar las prácticas sectarias y excluyentes, el uso del insulto, los dimes y diretes y la descalificación; internalizar en forma sincera un modo de vivir en el respeto entre todos sus componentes.

 

El 2017 será un año muy duro y conflictivo, pero lo convertiremos en una oportunidad para mejorar la organización social y política, reforzar la ya inquebrantable voluntad de cambio de la gente, para colocar en la calle el proyecto país y construir la unidad superior. Los primeros indicios serían que la MUD reconozca en forma autocrítica sus fallas, que se coloque al frente del conflicto social y convoque a las elecciones primarias.

 

Un fuerte abrazo para todos, que en el 2017 se refuerce nuestro compromiso por el cambio.

 

DC / Ing. Golfredo Dávila / Secretario General de Vanguardia Popular en el Zulia / @golfredodavila

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