Luis Olavarrieta a Arnaldo Albornoz: Conseguiste ser irremplazable (Carta)

El periodista de espectáculos, Luis Olavarrieta, le dedicó una carta al recién asesinado, su colega, Arnaldo Albornoz, quien fue asesinado la madrugada del pasado domingo cuando, presuntamente, dos hampones le dispararon para robarle su carro a las afueras de su residencia, en Caricuao.

Arnaldo:

No fuimos grandes amigos, pero tu gran cordialidad hacía ver que lo éramos. Tenías la facultad de adentrarte, con facilidad, en la vida de los demás. Cosechabas apegos, en minutos, sin ningún esfuerzo.

El humor se te hacía muy fácil y dime quién, Arnaldo, no cae seducido ante una buena carcajada. Eras productor de buenos momentos, generabas confianza en cualquier contexto.

Estabas en la dirección correcta, con tus formas tan afables sabías tratar con todos. Captabas de manera innata la atención, le dabas a cada quien el espacio pertinente, tenías la capacidad de generar acciones que perduraban.

Gozabas del arte de persuadir y esa habilidad te llevó a obtener grandes resultados, en muchos ámbitos. Tenías carisma y caías bien, lo que llamamos en criollo “sangre liviana”, nos hacías sentir cómodos. Te mostrabas sin complejos, tabúes, ni envidias.

Estoy seguro que en cada uno de los trabajadores de Televen existe una anécdota particular contigo. En todo rincón, de esta planta, hay una risa incrustada que lleva tu nombre, en los pasillos están alojados los recuerdos de esa personalidad colorida que te identificó.

Eras parte esencial de esta gran estructura hecha canal, solo enorme en fachada, porque al final somos contados lo que estamos adentro y déjame decirte que tú conseguiste ser irremplazable, eras fundamental para esta, tú casa.

Simbolizabas el impulso para luchar por los sueños. Aquel joven que empezó como diseñador gráfico y fue ascendiendo, hasta llegar a la pantalla, demostrando que para materializar los anhelos, hay que acompañarlos con una buena dosis de tesonería y trabajo.

En el programa La Bomba se te conoció como: “el más temido”, una referencia comercial que jamás tomó las dimensiones que pretendía el nombre, pero que sí saco el provecho necesario para que el público conociera tus grandes cualidades.

Hoy en la oficina somos menos. Las caras de desconsuelo están presentes hasta para quienes, en el día a día, nos contagian de ánimo. Ver a todos lo que hacemos vida aquí con una tristeza enorme nos conecta aún más con el dolor.

Cada pasillo se encuentra silenciado. Tu partida nos deja un sinsabor. ¿Por qué alguien tan emprendedor se le arrebatan sus aspiraciones sin ninguna misericordia?, ¿hasta cuándo la delincuencia nos quita a tanta gente valiosa?, ¿seguiremos en este luto perenne?

El orgullo de su familia, una referencia para su parroquia, Caricuao. Un gran compañero para sus colegas, un aliado irremplazable para sus amigos. Hoy se apagó la vida de alguien quien fue ejemplo de cómo se puede salir adelante.

Estamos llenos de indignación. La violencia gana de nuevo, nos deja débiles, apagados, sin consuelo. Hasta pronto Arnaldo. Intercede ante Dios por nosotros, por Venezuela. Te extrañaremos.

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