Al menos 8 detenidos durante procesión de la Divina Pastora

Facinerosos aprovecharon, de nueva cuenta, la concurrencia popular en las calles de Barquisimeto durante este 14 de enero, para hacer de las suyas, arrebatar teléfonos celulares de los feligreses y empañar la mayor manifestación de fe mariana del país con sus actos delictivos.

Decenas de denuncias se percibieron en las redes sociales y se contabilizan al menos ocho detenidos en flagrancia por los distintos cuerpos de seguridad del Estado que estuvieron activos en la procesión.

La mayor parte de estos hechos delictivos se concentró en el pueblo de Santa Rosa, en donde la aglomeración era mayor. En algunos casos, la destreza de los hampones hizo imperceptible el hurto para las víctimas, pero también se supo que fue utilizada la violencia para hacerse de bolsos.

En tres procedimientos distintos la Guardia Nacional Bolivariana logró detener a siete personas (al menos tres mujeres) y decomisar aproximadamente unos 20 dispositivos.

Uno de dichos aprehendidos responde al nombre de Humberto José Galíndez Pérez, quien, según el parte oficial, fue sorprendido en la calle 29 con carrera 25 cuando sometía a una ciudadana para quitarle el teléfono celular.

Además, por intentar abrir una Jeep Wagoneer, del año 1984, fue capturado George Espinoza Tovar en la carrera 30 con calle 29, lugar en el que decidieron estacionar la camioneta para caminar la Divina Pastora.

Por su parte, funcionarios de la Policía Municipal de Iribarren, lograron capturar a una ciudadana que poseía tres equipos que había arrebatado en los alrededores del templo de la Excelsa Patrona de los barquisimetanos.

Guardias señalados

El equipo reporteril de EL IMPULSO fue víctima del abuso de poder de efectivos de la GNB adscritos al Desur Lara que se encontraban en la avenida Lara, a la altura del C.C. Río Lama, específicamente en la avenida Terepaima.

Atendiendo las denuncias ciudadanas, uno de nuestros periodistas decidió capturar fotográficamente una situación irregular que se presentó con dos presuntos ladrones de teléfonos de la procesión, que estaban siendo revisados por los guardias.

Luego de tomar par de fotos, unos cuatro militares, de manera grosera y amedrentadora, rodearon al comunicador exigiéndole borrar las fotos del celular, pero éste se negó para luego hablar con las víctimas del hurto:

“Ellos le sacaron el teléfono a mi esposo. A mí me golpearon en la cintura y cuando volteamos a ver qué pasaba, la tipa le sacó el teléfono del bolsillo”, contó la señora que prefirió mantenerse en el anonimato.

DC|IMP

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