Sueños de futuro, por Alfonso Hernández Ortíz (@AlfonsoZulia)

En éstos momentos se enfrentan en Venezuela dos posiciones, que si bien han intentado sentarse a dialogar, en la realidad son discursivamente irreconciliables, ya que en el fondo, ninguno tiene la capacidad de reconocerse y mucho menos de ceder espacios de poder para la satisfacción del otro, sus comportamientos son muy similares y sus agendas claramente evidentes, no guardan diferencias profundas, la ambición y necesidad de lograr o mantenerse en el poder es y será su único objetivo, y el futuro del país no será sustancialmente distinto, debido a lo cual, se requiere una opción distinta.

 

Nuestra sociedad no será viable bajo las visiones del actual gobierno, su incapacidad para gobernar es evidente; como tampoco con la pésima oposición agrupada en la MUD, la cual ha decepcionado y agotado las esperanzas de un pueblo ante sus contradicciones e inercia política. Ambas, mantendrán intactas nuestras históricas contradicciones de coloniaje, militarismo y rentísmo. Con ellas continuarán la anomia y corrupción que nos devora y sobre todo, seguiremos estancados como país y sociedad.

 

Ante esta realidad política existente, se requiere crear propuestas alternativas, que siendo adecuadamente proyectadas, sirvan de guía para avanzar, generar un liderazgo colectivo e influir en todos los sectores, por lo que existe la necesidad de una Tercera Vía para inflexionar la situación; considerándose como tarea principal tarea la necesidad de unificar a los venezolanos y para ello urge crear una propuesta de Unidad Nacional, que haga converger sinérgicamente todas las fuerzas constructivas de que disponemos, en pos de alcanzar una visión construida entre todos y que nos represente a todos.

Para moldear el país que nos contenga y motive a todos, el primer paso es formular una nueva tesis nacional y una hoja de ruta contentiva de las propuestas y alternativas, que viabilicen la solución de las contradicciones nacionales geopolíticas, históricas y económicas que arrastramos y satisfagan las aspiraciones e intereses de nuestra población, conteniendo entre otros el logro de una posición autónoma e igualitaria en la distribución internacional del trabajo, la unidad e integración latinoamericana, en un mundo multipolar y multiregional.

Sera urgente la erradicación del militarismo, la construcción de la ciudadanía plena, la despolarización social, la reconciliación y unificación nacional, la construcción de un nuevo Estado nacional pluricultural, federal y mancomunado, y el impulso de una nueva concepción y ciclo de riqueza, la socialización de la razón social de PDSA y necesidad de “sembrar el petróleo”.

La inhumación de nuestra condición feudal y el ingreso, junto a la vanguardia de la humanidad en la era de la postmodernidad, saltando la modernidad que nunca pudimos vivir, valiéndonos para ello de la ética y la bioética, en correspondencia con esa nueva era humana, que desde ya se perfila y que reivindica al individuo, por encima de las instituciones, colocando en primer orden al ciudadano.

La única forma de desalojar del poder al grupo de incapaces que nos gobiernan, es a través del desarrollo de una vocación de poder pacifica, electoral y legal por parte de una vanguardia social,  lo mismo que de los ciudadanos organizados, capaces de formular una nueva tesis, propuesta, un plan nacional de cambio estratégico, integrando y sistematizando la propuesta de cambio con una hoja de ruta junto a un programa con objetivos estratégicos claros y un plan de acción bien definido que nos permita lograr coincidir con nuestros iguales, a fin de propiciar la concertación y el encuentro entre todos los venezolanos.

En tal sentido, el planteamiento está enfocado en asumir como objeto fundamental la promoción y  construcción de la ciudadanía plena por medio de la democracia directa para la defensa de sus derechos, promoviendo al individuo dentro del contexto colectivo, reivindicando la identidad del ciudadano, su potencialidad y su papel estelar en la sociedad, empoderándolo, devolviéndole la dignidad y motivándolo a asumir su corresponsabilidad, deberes y compromisos políticos y sociales.

 

He allí el reto, para quienes creemos que es posible construir una mejor Venezuela, para todos los venezolanos, y para cualquier ciudadano del mundo  que esté dispuesto a ayudarnos a reconstruir este gran país, a tejer esperanzas y a amalgamar sueños de futuro.

 

DC / Alfonso Hernández Ortíz / Politólogo – Abogado / @AlfonsoZulia / dialogopublico@gmail.com

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