Murray se convierte en el número uno al vencer en la final de Masters a Djokovic

El tenista británico Andy Murray conquistó este domingo su primer Masters al vencer en Londres a un Novak Djokovic irreconocible (6-3, 6-4) y acabará la temporada como número uno mundial, también por primera vez. Sólo el serbio, número dos del mundo, podía arrebatarle el trono, pero Murray aprovechó su debilidad en un partido menos intenso de lo que se esperaba, dado lo que había en juego, y que apenas duró 1 hora y 42 minutos.

Murray rompe el «triopolio» ejercido por Rafael Nadal, Federer y Djokovic: en los últimos 12 años el número uno estuvo en manos de uno de los tres. «Ha sido un día muy especial», sentenció el escocés, al término de un año en que ha conquistado siete torneos, incluyendo los últimos cinco del año gracias a sus últimos 24 partidos imbatido.

Aún así, prosiguió, «hemos jugado mejores partidos con Novak. El final fue emocionante y dramático, pero ambos cometimos errores». Por su parte, Djokovic, que cedió el número uno el 7 de noviembre tras 122 semanas en la cumbre y no pudo recuperarlo por su derrota este domingo, admitió haber jugado «muy pobremente».

«He jugado muy pobremente, cometí muchos errores no forzados con el revés. No era mi día», afirmó el serbio, antes de admitir que su rival «mereció ganar».

Djokovic prosiguió su otoño catástrófico -no gana un torneo desde Toronto, en agosto-, cometiendo 30 errores no forzados y sirviendo sólo un «ace» en todo el partido. Sin embago, el serbio llegaba más fresco a la final, tras haber barrido en 66 minutos en semifinales al japonés Kei Nishikori, mientras el británico libraba una batalla de 3h38 con el canadiense Milos Raonic, en la que tuvo que salvar una bola de partido.

La ‘semi’ de Murray fue el partido más largo de la historia del torneo. En total, Murray había pasado casi 10 horas en la cancha en sus cuatro partidos, y Djokovic 6 horas y media. Dada la diferencia, sorprendió mucho que Djokovic no imprimiera, de salida, un ritmo endiablado al partido, como había hecho en semifinales.

Al contrario, apenas hubo intercambios largos, o subidas a la red. Los punto morían al poco de iniciarse con fallos poco habituales, como el «smash» que Djokovic falló con todo a su favor en el sexto juego, que acabó con la primera ruptura de servicio a favor de Murray (4-2).

El escocés, que nunca había jugado una final del Másters, debió sorprenderse de verse en una posición tan favorable ante el hombre que lo había ganado en cinco ocasiones, y, sin grandes alardes, voló a la victoria.

Una final de finales

El serbio y el británico tienen la misma edad, 29 años, y una vida compartida en las canchas de tenis, en las que se han medido 35 ocasiones, con 24 victorias para el primero y 11 para el segundo, contando la de este domingo.

Era su quinto encuentro del año, el último en la final de Roland Garros en la que el serbio venció en cuatro mangas. La única victoria del escocés en 2016 ante su rival fue en el torneo de Roma, en la final. Nunca había habido tanto en juego en el último partido de la temporada, además de los 2,4 millones de dólares para el ganador.

Era la primera vez que el puesto de número uno mundial al término del año se dirimía en el último partido y entre los dos aspirante, aunque no era la primera que la final del Másters provocaba cambios en la cima.

En el Másters del año 2000, en Lisboa, el brasileño Gustavo Kuerten, nº2, derrotó a André Agassi (8º) y le arrebató el primer puesto al ruso Marat Safin. Si Murray pretendía convertirse en el decimoséptimo jugador en acabar el año como nº1, Djokovic aspiraba a hacerlo por tercer año consecutivo.

En juego, además, estaba la posibilidad para el serbio de igualar al suizo Roger Federer como el jugador con más Copas de Maestros, seis.

AFP

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