Zancadilla en la Campaña Política, por Ana María Osorio (@osorioanamaria) 

Las campañas políticas requieren de estrategias claras las cuales deben ser desarrolladas de forma secuencial y coherente, en la que se presente ¿Quién es el candidato?, ¿Qué representa?, ¿Con qué tema se identifica?, ¿Cómo pide el voto?, ¿Quiénes son los aliados?, una campaña necesita además un plan donde todo este engranado: eventos, propaganda, iconografía, noticias, informaciones en redes sociales, en las cuales debe primar un estilo. Asimismo, uno de los elementos claves para convertirse en el candidato que represente al partido político y cuente con su militancia, es la promoción al interior del partido y de los partidos aliados, a través de la cual se logre la cohesión interna y se obtenga tanto la candidatura como poder. Para lograrlo se debe impedir polarizar posiciones, aminorar los enfrentamientos intragrupos y evitar debilitar la estructura a lo interno. Esto es el deber ser. Sin embargo, una revisión a las figuras que ostentan al poder dentro de la Mesa de la Unidad Democrática, parecieran no tener claros estos sencillos conceptos, y mover sus fichas en un intento por lograr posicionarse en el electorado para ganar en unas eventuales primarias. Asimismo, persiguen aminorar o callar a quien consideran puede ser un adversario a lo interno de la MUD. Pero desprestigiar a los aliados a lo interno de la coalición opositora es un error, debido a que debilita el concepto de “unidad” que los representa en los ciudadanos, tal como lo fue, por ejemplo el planteamiento del presidente Obama que atacaba a Hillary Clinton; pero que más tarde establecieron una alianza, convirtiéndose en llave para las elecciones en el 2008, lo cual quedó como una inconsistencia discursiva y desleal del actual presidente tanto a su par demócrata como al partido.

Estos escenarios son posibles en un juego democrático donde compitan libremente los partidos políticos, sin embargo, en el contexto de polarización político que reina en Venezuela es necesario trabajar en una campaña política que represente el concepto de unidad, sin discriminación ni egoísmos. Cada líder que ostente a la candidatura presidencial, debe estar trabajando desde ya en la campaña electoral, no solo para ser una figura presidencial, sino para el logro del revocatorio, para establecer una comunicación política que conecte con el electorado, además de implementar la ingeniería electoral (restar votos a los adversarios del oficialismo, no a los de la propio oposición); y erradicar el voto indeciso.

En las campañas políticas, deben fortalecerse alianzas a lo interno de los partidos, así como realizar cabildeo para ganar posicionamiento entre los pares y solidificar la candidatura. En el caso particular del contexto venezolano, y dado a la polarización entre el oficialismo y la oposición, en la actualidad ser un candidato oposición se traduce en ser el ganado de la elección, debido a la crisis política y económica que se le atañe al oficialismo, bien sea por el voto castigo o en contra del oficialismo. Todo ello, complica el ejercicio de una campaña electoral tradicional y crea pugnas internas entre los partidos políticos opositores al gobierno y sus líderes integrantes de la MUD, por cuanto, todos desean aspirar y ganar la elección sin trabajarlo. Pero lo pertinente es que inicie el ruedo electoral, que todos trabajen a la par en campaña electoral, fomentando un juego democrático que permita ganar adeptos, capitalizar el descontento reducir el voto oficialista, para que, de haber elecciones sea mayor el margen en votos contra el adversario oficialista.

Y es que ya llegó el momento en el que empiezan a florecer las figuras representativas de la oposición, sin ánimos de establecer preferencias, todos deben estar en campaña por lograr ocupar un espacio en la mente del elector. Jean Paul Sartre hablaba que apenas nacemos empezamos a morir, y en analogía a la política cuando se ostenta a un cargo (candidatura) se pierden alianzas políticas. Por ello, deben ser claros en sus intenciones, abrir espacios en lugar de cerrarlos, conocer con quienes se cuenta y a quienes se debe conquistar. No se debe desperdiciar esfuerzos en el voto duro del adversario, se debe buscar los indecisos, los blandos, y los descontentos.

La propaganda negra o la estrategia de reposicionamiento de la competencia debe darse solo a los adversos, a quienes se opone, no entre la misma coalición opositora, porque el efecto puede ser contraproducente ante la lectura o percepción del elector. Esa zancadilla que se estila en el juego electoral venezolano no debe promoverse a lo interno de la oposición, debe trabajarse es para los adversarios. Aunque sin duda, el candidato que sea electo en una eventual elección a la presidencia debe ser un líder conciliador que permita enlazar fuerzas dicotómicas y encaminar al país hacia el desarrollo sustentable, porque una fuerza económica, con riquezas naturales y de capital humano como Venezuela no es posible que viva entre la miseria, el hambre, la escasez, y con la proliferación de enfermedades erradicadas a principios del siglo XX. Para ello se necesita de un nuevo modelo político-económico, pero también de un cambio social que desdibuje el populismo y el mendigar al cual se ha encarrilado a las clases más desprotegidas.

 

DC / Lcda. Ana María Osorio / Periodista / Análisis del discurso / Marketing político / Locutora / osoriooanamaria@gmail.com / @marketingpolitico.amo / @osorioanamaria

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