Trump y USA, por Luis Acosta

Las elecciones en los Estados Unidos casi son tan importantes para latinos como para los gringos. En el caso de Venezuela, es el país a quien le vendemos más petróleo y le compramos más mercancías y productos de la cesta básica alimentaria. Nos paga de contado o en tiempo útil, cosa que nos permite manejar el presupuesto venezolano con liquidez y rapidez. Ningún otro país cercano nos da esa garantía. Por todo esto y muchas cosas más, queramos o no, tenemos que interesarnos en Hillary y Trump en el sentido de quién puede ser mejor dirigente para una nación de 10 millones de kilómetros cuadrados de superficie y una población, que incluye flotantes, que supera con largueza los 500 millones de habitantes. Por otra parte, tiene bastante que ver con el resto del mundo y la seguridad global.

Trump ataca a Hillary y la acusa de formar parte de un stablishment que rodea la nación y la hace suya de tal forma que la participación colectiva es poca. Pero eso tiene poco asidero. La plena libertad de cómo se manejan sus instituciones descarta por si solo dichos elementos. Es posible que su sistema electoral no sea el mejor o el más sensato, pero las reglas de juego son exactas para todos y, si se quiere, los gringos conocen bien su sistema, tanto que ya están votando. En cuanto a la administración, cada cargo tiene su bitácora para realizar su trabajo sea chiquito o grande, militar o social. Por eso, el Presidente no necesariamente tiene que ser economista, sino un estratega o estadista de multitudes para decisiones difíciles, rápidas, concretas y acertadas. De allí el éxito de los Lincoln, Jefferson, Roosevelt, Kennedy, Reagan y Obama.

Un hotelero de Las Vegas, New York o las Carolinas tiene visión en los negocios y, si se quiere, medición de la riqueza pero, hemos repetido que, un país es más que eso. En efecto, un país es disciplina y representatividad; conocimiento del universo y del medio; es universidad y dirección. Es humanismo y respeto al prójimo y las mujeres, en especial. El Presidente de los Estados Unidos no puede ser un hombre cursi sino culto. Debe ser un cuantificador de la vida y sus calamidades. Entender que su país es tan grande y vigoroso que es mas compromiso y nobleza que poder y disposición.

Además, Estados Unidos ha crecido tanto que puede dormir en La Tierra y descansar en la Luna. O volver a la órbita y pasar cerca de Marte y Venus y, después, amarizar en California. Por otra parte, tiene excedentes en productos de la dieta diaria, dentífricos y cosméticos; herramientas y tecnologías de vanguardia y avanzada de última generación y muchos otros productos. Si los problemas y siniestros, racistas, terroristas o policiacos, no fueran humanos, pasarían desapercibidos ante la comparación de estos hechos y fundamentos contra la dimensión de su cuerpo social. Mas, toda la judicatura sabe que los culpables pagan condena y no existe, a pesar de su tamaño territorial y político, impunidad.

Todo esto necesita y requiere sabiduría y firmeza, honestidad y preparación para mantenerlo limpio y fuerte. Para eso, llegó el negro Obama desde Hawái y no de Washington DC. Así que, esperamos a Hillary, mujer modesta pero soñadora, y después a un  latino, como Presidente de USA. Trump y sus ambiciones no sabe, ni está preparado, ni puede comprender lo logrado por ese país y su pueblo que enseña orden y democracia y que está lejos de escoger un improvisado.

 

DC / Luis Acosta / Artículista

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...

Tu opinión vale...