El cambio soy yo, por Alfonso Hernández (@AlfonsoZulia)

La palabra “cambio”, ha sido utilizada  constantemente como slogan de personas comunes, líderes políticos, religiosos, u organizaciones públicas y privadas, tratando de denotar transformación, considerarse ser diferente al otro o a los demás, planteando en muchas oportunidades el “cambio”, como cliché que puede conectarse con quien espera algo diferente ante lo usualmente acostumbrado en lo tradicional o cotidiano, dejando la interrogante si realmente se está trabajando en adaptarse al cambio o se está utilizando, como un concepto de moda.

Ahora, lo cierto es que el cambio, es una constante, no necesita ser decretado, requiere la conexión y entendimiento que estamos en un proceso de cambio continuo, la tierra cambia, el cuerpo humano, las sociedades cambian, las organizaciones cambian, las ciencias, la tecnología, la política, la cultura, cambian de manera acelerada y sin contemplaciones de esperas individuales, en fin hemos vivido siempre ante la dinámica del cambio en nuestras vidas, solo que algunos si lo han asimilado y navegan en su ola y otros simplemente se resisten a cambiar.

La resistencia al cambio, viene de quienes temerosamente se pueden sentir amenazados ante las obligadas transiciones, resistirse es una reacción de sobrevivencia, los dinosaurios dominaron el planeta en la era mezoica alrededor de 160 millones de años, sin embargo se resistieron al cambio y tanto ellos como el 70% de las especies de la tierra en ese momento se extinguieron, ya que no lograron adaptarse a los cambios de temperatura graduales de la tierra por un largo periodo de tiempo y finalmente murieron.

En la historia de la humanidad, también han dominado y caído muchos imperios, como el imperio Romano; tras su incapacidad de adaptarse a los cambios, la prepotencia al considerarse inmunes a la transformación y la escaza visión ante los acontecimientos inevitables que obligan la evolución.Oswal Spengler, en su obra “La decadencia de Occidente”, explica el eslabón que culmina las fases de la civilización y determina que su ocaso se encuentra en su época de “cesarismo”. Como ya sucedió en Roma, se alcanza este momento cuando la sociedad, tras un período de despotismo y corrupción, pierde su armonía, su coherencia. Entonces el pueblo se convierte en una masa inanimada sobre las que los césares imponen su dominio, hasta lograr su deceso.

Organizaciones como Kodak, que inventaron y patentaron, desde la cámara portátil, la película de rollo y la primera cámara digital, llegando a controlar la venta del 90 % de película y el 85% de todas las cámaras; pasaron a declararse en banca rota, para entrar en un proceso de reestructuración; luego de ser la empresa fotográfica más importante de la historia, ya que no aposto con decisión por desarrollar la tecnologíadigital, convencida de que la transición de la fotografía analógica a la digital no llegaría a consumarse; viéndose arrasados por sus competidores asiáticos, hoy, se encuentraa punto de desaparecer por su incapacidad de decidir y cambiar en su momento.

Entender que el cambio es una constante, no solo requiere el discernimiento, también la acción, la creatividad, la innovación, la investigación, el desarrollo, la buena actitud para aprender y desaprender, la voluntad para rodearse de los mejores, de los especialistas, de los expertos, no es una cuestión de edad, sexo o religión, es un tema de disposición de quien y como asume el cambio; los gobiernos, las grandes corporaciones, las pequeñas y medianas empresas, los equipos deportivos, los líderes, los seres humanos por naturaleza, requerimos estar en sintonía constante con el cambio, sobre todo en esta época que hemos transitado de un siglo a otro, de la máquina de escribir al computador, del telégrafo al internet, el cambio es determinante; a diferencia del siglo pasado, escuestión de meses, de horas, de minutos.

Ahora, quienes aspiren cambiar las cosas, cambiar el sistema político, organizaciones, familias, deberían comenzar por sí mismo, con un cambio de conciencia, honestidad, decisión, compromiso con los suyos y con el entorno, en el entendido que el cambio es un proceso que dura toda la vida, tal como lo ha expresado el Dalai Lama, “sé el cambio que quieras ver en el mundo”.

 

DC / Alfonso Hernández Ortiz / Consultor Organizacional / @AlfonsoZulia / dialogopublico@gmail.com

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