Adolescente indio vivió 12 años con su cuello torcido

Al nacer, Mahendra Ahirwar era un niño completamente normal. Sin embargo, cuando comenzó a crecer, los huesos de su cuello se volvieron frágiles y este se torció. Trece años después, el adolescente vivía con su cabeza totalmente recostada sobre su hombro.

«Me preguntaba si la muerte era lo único que quedaba para terminar con su miseria», confesó Sumitra, su madre, al recordar que Mahendra solo podía estar sentado, necesitaba ayuda para comer e ir al baño, y no tenía amigos, ya que no podía ir al colegio.

«Solo se sentaba en una esquina del dormitorio durante todo el día. Tenía que llevarlo como un bebé a todas partes, ¿cómo podría hacerlo cuando fuera mayor? Si los doctores no podían tratarlo, era mejor que Dios se lo llevara», agregó la mujer.

Sin embargo, el caso de Mahendra llegó a oídos de la británica Julie Jones, quien inició una campaña para que el niño pudiera ser operado. «Era muy triste ver las fotografías de Mahendra como estaba. Solo podía pensar en mi hijo y cómo se hubiera sentido de estar en la misma situación», señaló la mujer al «Daily Mail».

Así, Julie logró reunir los casi 10 millones de pesos que el adolescente necesitaba para su intervención, la que finalmente fue realizada por Rajagopalan Krishnan, un médico especialista en cirugía de columna del Hospital Apollo de Delhi.

«Cuando conocí a Mahendra por primera vez, lo que más me sorprendió fue el abandono de su condición durante 12 años. No hubo diagnóstico ni tratamiento (…) Estaba seguro de que podría mejorarle su calidad de vida y que él podría mirar al mundo de frente, declaró el médico.

El cirujano operó la columna cervical del adolescente, removiendo discos de su cuello y reemplazándolos por injertos óseos obtenidos de su cadera. Además, le instaló una placa metálica para asegurar que su cuello quedara derecho.

Ya han pasado siete meses desde la intervención y la vida de Mahendra es totalmente diferente. El adolescente ahora puede ir al colegio y está aprendiendo a escribir.

«¡Es un milagro! Se ve genial (…) Ahora se siente como una persona normal y podemos ver que sus niveles de confianza crecen. Está muy feliz ahora. Él dice que puede sentir la diferencia y le encanta», relató su padre Mukesh.

Rajagopalan Krishnan continuará monitoreando el progreso del niño, aunque por ahora dice que todo ha evolucionado de manera excelente. «Ahora espero que viva una vida normal y mucho más cómoda que la que tuvo durante los últimos 12 años», manifestó el cirujano.

DC | Agencias

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