Sonda Rosetta llega al final de su odisea espacial al estrellarse voluntariamente con el cometa Churi

En un final espectacular de su histórica misión, la sonda europea Rosetta se estrelló voluntariamente este viernes en el cometa Churi, la tumba helada donde descansará tras más de 12 años de odisea espacial.

«Puedo confirmar el descenso completo exitoso», dijo el jefe de la misión Patrick Martin, en el centro de control de la Agencia espacial europea (ESA) en Darmstadt, Alemania, al tiempo que anunció el fin de la misión.

La sonda pionera no estaba concebida para aterrizar, pero los ingenieros de la ESA hicieron todo para que el «impacto controlado» en el cometa, tras descender durante 14 horas desde una altura de 19 km a 3,2 km/hora, fuese lo más «suave» posible.

A partir del momento del impacto, la Tierra tuvo que esperar unos 40 minutos para ser informada por ondas de radio por la sonda, que operó en piloto automático antes de apagar para siempre todos sus circuitos.

«Es como una eutanasia cósmica, fue desenchufada», dijo emocionado Roger Bonnet, ex director científico de la ESA cuando se lanzó el proyecto. La sonda utilizó sus últimas fuerzas para acumular la mayor cantidad posible de imágenes y datos científicos de este último viaje.

La mayor parte de los instrumentos de la sonda estuvieron conectados durante las últimas horas. Su meta era tomar imágenes muy cercanas, «aspirar» los gases, medir la temperatura de Churi y su gravedad.

Este final espectacular puso punto final a una misión de más 12 años, coronada con cerca de 26 meses de cercanía fructuosa con el cometa 67P/Churiumov-Guerasimenko -apodado Churi- en su periplo alrededor del Sol.

Viaje a la eternidad

Decidida en 1993 por la Agencia Espacial Europea, la misión Rosetta apuntaba a comprender mejor nuestro Sistema Solar. Los cometas, aparecidos hace 4.500 millones de años, forman parte de los objetos más primitivos de este sistema planetario.

La misión, que costó 1.400 millones de euros, ha permitido recoger tantos datos que van a ocupar a los científicos «durante décadas», según la ESA.

La misión estuvo marcada por las peripecias del robot-laboratorio Philae, que fue el primero en posarse en un cometa, el 12 de noviembre de 2014. Inerte desde que en julio de 2015 agotó por completo sus baterías, Philae fue localizado a principios de septiembre por la sonda.

El cometa 67P se dirige actualmente hacia la órbita de Júpiter. Seguirá alejándose del Sol en su trayectoria elíptica, hasta unos 850 millones de kilómetros de distancia de nuestro astro rey.

Y con él se alejarán los restos de Rosetta, con más de 7.900 millones de kilómetros encima desde su lanzamiento en 2004, que escolta al cometa desde agosto de 2014.

Equipada con grandes paneles solares, la sonda ha ido perdiendo potencia. Por eso, la ESA decidió dar por concluida su misión mientras la controla.

«Ahora es como una bella durmiente», comentó Roger Bonnet.

Rosetta no tenía ninguna posibilidad de comunicarse con la Tierra una vez en el suelo porque ya no tiene la capacidad de orientar su antena principal, según Sylvain Lodiot, jefe de operaciones de la ESA. La sonda se posó en una zona situada en la cabeza del cometa que comporta hoyos, unas depresiones circulares anchas y profundas, de donde escapan chorros de gases y polvo cuando el cuerpo celeste se aproxima al Sol.

Los científicos esperan ahora respuestas sobre el papel que pudieron desempeñar los cometas en la aparición de la vida en la Tierra.

AFP

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