Barcelona comienza su camino para recuperar su mística en Europa

Esperando a la plana mayor de la plantilla, con Messi al frente, el Barcelona inauguró este martes la nueva temporada, en la que el reto, descomunal, es recuperar la excelencia del primer curso de Luis Enrique.

El entrenador asturiano citó al primer grupo de futbolistas entre los que destacó la figura de Luis Suárez, la presentación/regreso de Denis Suárez y la presencia de dos jugadores, Adriano y Halilovic, llamados a abandonar el club en los próximos días. El tercer portero Jordi Masip, Sergi Roberto, Aleix Vidal, Mathieu y Munir completaron la nómina de futbolistas que pasaron las pruebas médicas a la espera de comenzar el miércoles las dobles sesiones de entrenamiento antes de viajar a Inglaterra para llevar a cabo un stage al que, se afirma, se sumará Arda Turan y en el que participarían algunos deportistas de la cantera.

Apartado, de momento, del primer plano en cuanto al mercado de fichajes después de haber rellenado la plantilla con jugadores con más futuro que presente, el Barça mantiene el mismo núcleo de cracks, a las órdenes del mismo entrenador y con un objetivo claro: reafirmar su papel dominador en España y trasladarlo nuevamente a Europa.

La exigencia es clara, el carácter del entrenador también y el desafío evidente. Echando la mirada atrás los dos últimos precedentes son un aviso aunque en circunstancias diferentes: tanto Rijkaard como Guardiola conquistaron Liga y Champions en su tercera temporada, aunque ambos encararon ese tercer curso de manera distinta.

Luis Enrique está más cercano al hoy técnico del Manchester City, por cuanto después de igualar su triplete del primer curso, en el segundo se vio descabalgado de Europa y confía en volver a la cúspide ahora, por más que los cambios en el vestuario se adivinan mínimos frente a la revolución de hace seis años.

En aquel entonces el Barça, por orden de Guardiola, incorporó a dos jugadores de primer nivel como fueron Villa y Mascherano, además de Adriano y Afellay (éste en invierno), saliendo de la plantilla Márquez, Henry, Touré, Chygrynskiy e Ibrahimovic. Con un plantel más ajustado y la presencia de canteranos que fueron haciéndose hueco poco a poco en el vestuario aquel Barcelona redondeó la que para muchos fue mejor temporada futbolística de Guardiola y una de las más destacadas de su historia.

La del 5-0 al Real Madrid de Mou, de la final perfecta en Wembley… Y la única derrota, en la prórroga, en la final de Copa ante el mismo equipo merengue en Mestalla.

¿Diferencias? Evidentes. Ese equipo mantenía un crecimiento que en este no se contempla, donde por encima del colectivo prima la maravilla de la MSN, que ocupando todo el plano, y hasta dificultando la incorporación de un delantero dispuesto a aceptar su papel secundario, es capaz de ocultar cualquier deficiencia futbolística.

COSTUMBRE

Luis Enrique, en su tercer año, necesita renovar sus lazos con un plantel al que conoce bien y en el que los cambios son mínimos, sencillamente porque se entiende imposible mejorar la materia prima. No hay mejores futbolistas que los protagonistas de este Barcelona y se ha descubierto una curiosa y hasta peligrosa paradoja: hay quienes no quieren venir por saber utópico hacerse con un puesto titular. O al menos luchar en condiciones por él.

Eso deberá intentarlo Umtiti… Porque tanto en el caso de Digne como en el de Denis se adivina una lucha perdida de antemano frente al status del vestuario. Ganar como costumbre provoca un peligro evidente: cuando no se gana se pierden todos los argumentos y ante ello deberá pelear este equipo necesitado de una regeneración interna absoluta con los mismos protagonistas.

En su tercer año como entrenador azulgrana Luis Enrique deberá, de entrada, ganarse para la causa a un Messi cuyo silencio sepulcral durante este verano tan difícil que ha sufrido provoca intranquilidad en todos los estamentos del club hasta el punto de poner en marcha una renovación a su gusto, ofrecerle una semana adicional de vacaciones o mantener la criticada campaña en su apoyo. El Barça empieza su recorrido. No será una aventura fácil.

DC|ESPN