Reagan – Trump – Hillary. Por Luis Acosta

Nunca en los Estados Unidos se presentaron dudas mayores sobre su porvenir económico y político. Cuando Reagan, por ejemplo, muchos veían al país en manos de un artista de cine. Pero, el país sabe más que los políticos y, en efecto, votaron por la presidencia de Reagan sin importar sus propios partidos. ¿Qué pasó?

 

Sencillamente, el país domestico, es decir, el país nacional se dio cuenta que Reagan no era un hombre teatral y sin formación académica y, al contrario, recordaron que para llegar a Hollywood se necesita temple y talento puro; y, para triunfar en los Oscar se precisa: carisma, inteligencia y perfección en los argumentos, y el conocer protocolos y limitaciones morales en los juicios históricos del tema y contenidos de la película.

 

Aparte o junto a eso, Reagan tenía una compañera excepcional de simpatías sin par, con criterio y formación individual completa y propia. Lo comprobó en el cine y su ambiente personal y lo dejo vivido como Primera Dama de la Republica: Nancy Reagan.

 

El desarrollo de la presidencia de Reagan ajusto lo necesario en el presupuesto; devolvió a los Estados Unidos su poder manufacturero e industrial; saneo una buena parte de los problemas de inmigración; y sustrajo al país de toda acción que no fuera beneficiosa a los intereses de la nación.

 

No sabemos cómo, entonces, cuáles son las preguntas que se están manejando en el ambiente nacional. Sanders plantea las manidas tesis del socialismo y, Trump, las medias verdades del populismo. Mas de que socialismo están hablando? Ellos no lo han dicho, lo tienen reservado y allí nace la primera duda. Es acaso el socialismo noruego, danés, finlandés, holandés o de Costa Rica? Entonces, que llegue ese socialismo, no le tenemos miedo.

 

Pero si es el improvisado, el falto de doctrina, el desorden, el muroitsmo, y la anarquía, entonces, ese peligro acecha a la gran nación norteamericana. En efecto, los Estados Unidos y su pueblo pusieron a Lincoln, el Leñador; a Hamilton, el trabajador incansable; a Kennedy, el católico; el afroamericano Obama y, hoy, está pensando en una mujer que ha tenido sus errores pero capaz de salir con éxito de esta transición que se le está planteando a este formidable país y que está listo para toda emergencia humana, bélica, natural o cívica, pero que no puede darse el lujo de equivocarse. En efecto, la sensatez en la candidatura cierta debe obrar con vibrante honestidad tan profunda como la lealtad absoluta, y tan brillante como la luz del sol que baña la Arizona de los cowboys.

 

La suerte de este inmenso país de 10 millones de Km cuadrados de superficie y 350 millones de habitantes, está echada. Para construir sus carreteras, tener agua fresca y siempre, pagan sus contribuciones, y eso los ha hecho fuertes y disciplinados. Así, si hay algo mejor que el capitalismo, ya aparecerá como apareció Roma contra Atila y como David se presentó para vencer a Goliat.

 

En todo caso, es claro el problema pero oscuro lo que se está presentando. Sin embargo, ese país ganó a los japoneses, acabo con el eje alemán y terminó con Musolini. Y en aras, no de los Estados Unidos sino de las naciones del mundo, de allí nació la Organización de Las Naciones Unidas (ONU) que tanto equilibrio ha llevado en las relaciones entre los países a pesar de que, como algunos expresan, existe los Estados Unidos. ¡Que así siga siendo!

 

DC / Luis Acosta / Artículista

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