Nacho relató cómo vivió el terremoto en Ecuador

El cantante venezolano del dúo Chino y Nacho, Miguel Ignacio “Nacho” Mendoza, vivió el terremoto de 7,6 registro en Ecuador y a través de su cuenta en la red social Instagram reveló que el temblor lo sorprendió en la cama.

“El temblor me sorprendió en la cama. Estaba escribiendo inquietudes cuando se empezó a mover el suelo, un amigo que reposaba con ojos cerrados, se levantó como si lo hubiesen sacudido para despertarlo y salvarle la vida, corrió hacia una viga de techo, justo como lo indican las medidas de emergencia en caso de terremoto”, inició el relato el también compositor.

El venezolano vio como las lámparas se balanceaban, los espejos tendían a caerse y oía a lo lejos diálogos de desespero con voces que subían el volumen según pasaban los segundos y se intensificaba el movimiento.

“Sentía que el único que no tenía ninguna intención de abandonar el lugar era yo. Leo me decía desde su resguardo, con tono equilibrado entre regaño y alerta, que me levantara, su preocupación se aceleró cuando vimos, al mismo tiempo, el humo producido por el polvillo de cemento molido saliendo de las paredes”, continuó.

Describió el sonar de las puertas como el de “los dientes de una persona con hipotermia” mientras estaba entre shock, y quizás sin miedo. “No logro entender el porqué de mi reacción tan neutral”, aseguró.

“Mi alma está de luto al saber que tantas personas le dijeron adiós a la vida y sus familiares están sufriendo la partida; que una parte de los desarrollos viales sobre aguas se hayan derrumbado, al igual que edificios y casas”, expresó el venezolano ante las lamentables perdidas.

Aseguró que rezará para que el pueblo de Ecuador tenga la voluntad de levantarse después de este episodio y se puso a la disposición para volver al país de necesitar capital humano para ayudar en la recuperación de zonas afectadas y en la ayuda a los heridos.

“Te amo, Ecuador”, finalizó.

El temblor me sorprendió en la cama. Estaba escribiendo inquietudes cuando se empezó a mover el suelo, un amigo que reposaba con ojos cerrados, se levantó como si lo hubiesen sacudido para despertarlo y salvarle la vida, corrió hacia una viga de techo, justo como lo indican las medidas de emergencia en caso de terremoto. Mientras tanto yo seguía arropado, sintiendo una calmada incertidumbre, veía las lámparas balancearse, los espejos con ganas de caer, a lo lejos oía diálogos de desespero con voces que subían el volumen según pasaban los segundos y se intensificaba el movimiento. Sentía que el único que no tenía ninguna intención de abandonar el lugar era yo. Leo me decía desde su resguardo, con tono equilibrado entre regaño y alerta, que me levantara, su preocupación se aceleró cuando vimos, al mismo tiempo, el humo producido por el polvillo de cemento molido saliendo de las paredes. Las puertas empezaron a sonar como los dientes de una persona con hipotermia y la fuerza de la agitación parecía repotenciarse. Yo, inerte, quizás en shock, quizás sin miedo. No logro entender el porqué de mi reacción tan neutral. Luego, todo cesó. Me pasó por la mente que lo sucedido podría haber sido habitual en Ríobamba, pero no y ni siquiera está tan cerca del epicentro. Muchos años habían pasado desde la última vez que Ecuador experimentó una sacudida de la naturaleza, tan fuerte. Digerí la casualidad de estar presente en un momento tan crítico para mi gente ecuatoriana averiguando las consecuencias del hecho. Mi alma está de luto al saber que tantas personas le dijeron adiós a la vida y sus familiares están sufriendo la partida; que una parte de los desarrollos viales sobre aguas se hayan derrumbado, al igual que edificios y casas. Rezaré para que como pueblo valiente que son, les sobre la voluntad de levantarse después de esta caída. No me quiero sumar al grupo de personas que gritan: «¡Ecuador, estoy contigo!» estando a punto de tomar un vuelo de regreso a casa, por el contrario, prefiero dejar por escrito mi disposición de volver inmediatamente si se necesitara capital humano para ayudar en la recuperación de zonas afectadas y en la ayuda a los heridos. Te amo, Ecuador.

Una foto publicada por @nacholacriatura el

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