El engendro y la iglesia católica, por Marlon S Jiménez García

EL engendro heredero, ese comunista que cumple el mandato de los hermanos Castro de acabar con la democracia en Venezuela, tiene como misión visceral, ofender y descalificar a todos aquellos que por convicción ideológica y/o ética se oponga a sus caprichos, uno de ellos perpetuarse en el poder. La Iglesia Católica, que tiene una aceptación nacional, según todas las encuestas, superior al 70% (60% más que el engendro y 65% más que la FAN) recibe por parte del régimen descalificaciones e insultos, por la crítica permanente que la CEV viene realizando por la forma como el engendro y su cofradía de bribones han convertido a la población, en miserables a unos, y en delincuentes a otros.

 

La Iglesia Católica, en Venezuela, ha sido un puntal de gran verticalidad espiritual y moral por la defensa de la institucionalidad democrática, de las libertades ciudadanas, por el respeto de los DDHH, y, sobre todo, creador de estrategias socio – culturales para preservar la paz entre los ciudadanos. El papel de la Iglesia Católica el 23 de enero de 1958, fue protagónico y conciliador, tal cual como está preestablecido en la Doctrina Social de la Iglesia y que han sido configuradas históricamente en las encíclicas papales; en ellas, no solo se fija una posición desde el punto de vista ecuménico de la relación hombre – sociedad, sino también, sobre el significado de la socialización, de la democracia, del diálogo, del desarrollo, de la participación y humanización y se determinan patrones de acción de los pastores de la Iglesia.

 

La Iglesia Católica tiene el ineludible rol de defender, sin ser ´´actor político´´, el ordenamiento jurídico imperante en el país; para ello, tiene el derecho de establecer políticas de orientación y formación ciudadana, cuando éste esté en peligro. El Cardenal Urosa Savino, tiene la autoridad moral suficiente de llamar la atención sobre los problemas del país, sobre todo, para referirse a la juventud y a la delincuencia que está solapando la paz e imponiendo con sus acciones el terror. La Iglesia Católica y sus pastores, cumplen con su sagrado deber. En la Encíclica ´´Pace in Terris´´ del Papa Juan XXIII, se manifiesta textualmente la necesidad de los gobernantes de trabajar por la paz y para ello ´´deben actuar y resolver las dificultades que surjan con procedimientos y medios idóneos, ajustados a las funciones específicas de su competencia y a la situación actual. El poder legislativo tiene, en el constante cambio que la realidad impone, de no descuidar jamás las normas morales, las bases constitucionales del Estado y las exigencias del bien común. En segundo lugar, que la administración pública resuelva todas las cosas en consonancia con el Derecho, respetando la legislación vigente. Por último, que el poder judicial de a cada cual su derecho con imparcialidad plena y sin dejarse arrastrar por presión de grupo alguno´´. De allí el llamado, explícito, de la Iglesia, al engendro heredero y su régimen de amoldar su acción gubernamental a la solución de los problemas y al poder judicial de no contribuir con la impunidad delictiva, porque está destrozando, inequívocamente, la integralidad de las relaciones Estado – ciudadano.

 

Ante el control ilimitado del engendro de todos los poderes y el abuso sostenido de sus acciones contra el Estado de Derecho imperante en la CN, a la Iglesia Católica junto con los sectores democráticos del país no les queda otra que elevar su protesta y defender a capa y espada los valores democráticos de la libertad, la justicia y la paz.

 

DC / Marlon S Jiménez García / Profesor Universitario / Marjimgar54@hotmail.com.

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