¡Enloquécelo con tus besos!

Llevas ya un tiempo con tu chico y estás convencida de que saben bastante el uno del otro. En todos los niveles; también en lo sexual.

Solo basta con pequeños gestos, besos  y caricias para encender la chispa y que el calor sexual los conduzca a una apasionada sesión de placer, pero conoces tan bien tu cuerpos, ¿Seguro?. A veces este conocimiento puede terminar volviéndose en tú contra.

Como apunta la terapeuta sexual Lori Buckley, cuando nuestros gestos amorosos se vuelven tan familiares pueden llegar a convertirse en rutinarios. Al repetir el mismo “programa”, tu cuerpo y el de tu pareja, se acostumbran y empiezan a sentir con menos intensidad. Ha llegado la hora de introducir novedades en tú relación cuerpo a cuerpo.

No se trata de complicadas caricias ni de besos extravagantes sino de explorar zonas que tal vez tengas olvidadas. Toma nota de estos dos simples pero eficaces besitos:

Recorre sus labios

¿dónde está el truco?

En el borde de sus labios. Las terminaciones nerviosas que rodean la boca son extremadamente sensibles pero, muchas veces, concentrados en el beso en sí, nos olvidamos de este interesante borde.

Comprueba la sensibilidad dibujando lentamente tu boca con la yema de los dedos, como si estuvieras pintándola con un lápiz de labios..

¿A que es muy, muy placentero?

Pues la próxima vez que lo beses, bordea la parte superior de los labios de tu chico con tu lengua, de una forma suave y sensual, dale luego unos pícaros besitos, recorre el borde inferior de su boca y remata la jugada con un beso profundo. “Este gesto –asegura la sexoterapéuta- hará que su inconsciente recuerde el sexo oral, cuando tu lengua acaricia su pene y por eso su respuesta será fantástica. Por supuesto, este truquito funciona también contigo y en tu nivel inconsciente (recordándote lo que su lengua te hace sentir cuando baja más allá de tu cintura) así que, pídele que te imite y te lo haga él a ti.

En torno al cuello

Según la sexóloga Teresa L. Badía, la zona del cuello, incluida la nuca y las clavículas, es particularmente erógena. ¿La razón? Se trata de una parte del cuerpo que posee una piel muy fina, suele tener poca acumulación de grasa y cuenta con abundantes terminaciones nerviosas que se estimulan con mucha facilidad, transmitiendo sensaciones que recorren la médula espinar y te hacen vibrar (de verdad).

Asimismo los besos y las caricias en este área tengan eficacia asegurada.

¿Y cómo puedes comprobarlo?

Dale sensuales besitos en el cuello y, al mismo tiempo, recorre con tus dedos una de sus clavículas hasta llegar al hueco donde se unen cuello y pecho, que debes masajear con suavidad utilizando movimientos circulares.

Y otra caricia que funciona de maravilla es que antes de besarlo, abrázalo fuerte mientras masajeas su nuca; luego, con la yema de dos de tus dedos, recorre lentamente su columna vertebral hasta la mitad de la espalda y vuelve a subir hacia la nuca. Los resultados te sorprenderán, garantizado. Y después, ha llegado su turno: que sea él quien te bese y te acaricie para que así puedas disfrutar también.

 

DC/Cosmopolitan

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