Nicolás, no más paja, por Paciano Padrón (@padronpaciano)

No es hora para seguir con el cuento ese de la guerra económica que nos hambrea, del imperialismo y la burguesía que aniquilan nuestras posibilidades. No más mentiras y excusas que el pueblo está indignado. Es tiempo de acción efectiva contra el hambre, la desesperanza, las colas, la inflación y la desgracia del “no hay”.

Al pueblo, Nicolás, no le puedes exigir más privaciones. Tus tres años han sido deplorables y arruinadores. ¿Tres años más todavía?, ¿esperar hasta 2019? Ni de casualidad. Estamos obligados a acercar el fin, y es la propia Constitución la que abre distintos caminos, el más barato y rápido es tu renuncia. Apártate, no podemos calarnos tres años más de caída libre, no hay tiempo para más habladera de paja.

“No se le puede pedir sacrificio al pueblo si no se da ejemplo de austeridad. La austeridad en el gobierno, la austeridad en los sectores bien dotados es indispensable, porque decirle al pueblo que se apriete el cinturón mientras está viendo espectáculos de derroche, es casi una bofetada; la reacción es sumamente dura”. Es Rafael Caldera -cuyo centenario del natalicio estamos conmemorando en estos días- quien así se expresó ante el Congreso de la República, como senador vitalicio el 1º de marzo de 1989, pocas horas luego del 27 de febrero, recién iniciado el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez, ante los hechos que conmovieron al país como consecuencia de las medidas económicas que este tomó y el pueblo rechazó. Nicolás, escucha a Caldera.

El 4 de febrero de 1992, nuevamente en el Congreso de la República y pocas horas luego del fallido golpe militar que encabezó Hugo Chávez contra la democracia, se escucha la voz de Caldera: “El golpe militar es censurable y condenable en todas sus formas, pero sería ingenuo pensar que se trata solamente de una aventura de unos cuantos ambiciosos que por su cuenta se lanzaron precipitadamente y sin darse cuenta de aquello en que se están metiendo. Hay un entorno, hay un mar de fondo, hay una situación grave en el país y si esa situación no se enfrenta, el destino nos reserva muchas y muy graves preocupaciones… Es difícil pedirle al pueblo que se inmole por la libertad y por la democracia, cuando piensa que la libertad y la democracia no son capaces de darle de comer y de impedir el alza exorbitante en los costos de la subsistencia; cuando no ha sido capaz de poner un coto definitivo al morbo terrible de la corrupción, que a los ojos de todo el mundo está consumiendo todos los días la institucionalidad. Esta situación no se puede ocultar”. Nicolás, escucha a Caldera.

Luego de 17 años cumplidos, este régimen ha empeorado todo a niveles exponenciales. Caldera hablaba del peligro de cuando el pueblo “piensa que la libertad y la democracia no son capaces de darles de comer”. Hoy no lo piensa, hoy lo padece, hay desabastecimiento, hay colas, hay bachaqueo, hay hambre. Caldera hablaba del gobierno que no es capaz “de impedir el alza exorbitante en los costos de la subsistencia”. Nada que ver con el horror, con el barranco en el que nos ha metido Nicolás; el año pasado la inflación fue de 275 %, escucha Nicolás, la más alta del mundo; pero algo más grave, 24,1 % de los venezolanos el año pasado cayó en pobreza, se hizo pobre con sus consecuencias nefastas en salud, alimentación y educación: “la mitad de los que no eran pobres en 2014, cruzaron la línea de pobreza en 2015”. Por último, Caldera habla de la incapacidad “de poner un coto definitivo al morbo terrible de la corrupción”, lo decía cuando los corruptos eran niños de pecho comparados con los bárbaros ladrones de este régimen, que se lo chupan todo ante la mirada complaciente de un Poder Judicial y un Poder Ciudadano que hacen ley de la impunidad, impunidad  que compartían con la Asamblea Nacional hasta hace apenas unos días.

Caldera, a 100 años de su nacimiento y a seis de su muerte, vuelve a colocar en su sitio el problema, que si bien era grave en 1992 y en 1997, cuando produjo los dos discursos aludidos, es gravísimo hoy, ante la peor crisis económica, social, moral y política que hayamos vivido como pueblo. Es hora de rectificar y cambiar. Nicolás, si te duele en algo Venezuela, vete. Renuncia y permítenos salir del foso antes de que la situación nos haga vivir días peores de conmoción. Nicolás, no más paja. Vete.

 

DC / Paciano Padrón / pacianopadron@gmail.com / @padronpaciano

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