Disney espera recibir 300 millones de turistas para su parque temático de Shanghái

Se recorre velozmente una autopista vacía, se pasa por un pueblito con plantaciones de arroz y huertas y entonces, a medida que uno se acerca, aparece el famoso castillo. Guardias vestidos de negro y con chalecos antibalas guían al visitante hacia un arco rojo de acero. La siguiente parada: la Zona Internacional de Turismo y Resorts de Shanghái.

El Disney Shanghai Resort, que abarca cerca de un quinto de la zona, está a menos de media hora de auto del distrito financiero de la ciudad china más rica y populosa, pero parece un reino aparte. Están vacantes 15,5 kilómetros cuadrados de la zona, que fueron reservados por las autoridades chinas para concretar un plan trazado hace décadas para atraer turistas al país.

Que el lugar pueda convertirse en un reino mágico depende de cuán inteligentemente Shanghái y Walt Disney Co. construyan ese parque de algo más de 2.000 hectáreas. El crecimiento económico de China está disminuyendo, y las enérgicas medidas de Pekín contra la corrupción alejaron a la gente del consumo suntuoso y los excesos edilicios que florecieron en los años de auge. (También puede depender de los resultados de una investigación que lleva a cabo la oficina china contra la corrupción sobre las actividades del vicealcalde de Shanghái, Ai Baojun.)

El máximo responsable de Disney, Robert Iger, lo ha definido como la mayor oportunidad que ha tenido la compañía desde que el propio Walt Disney compró tierras en la región central de Florida en la década de 1960.

“Este es realmente un gran negocio, un esfuerzo auténtico de Shanghái por convertirse en un destino turístico de clase mundial”, dijo Dennis Speigel, un consultor de parques temáticos de Cincinnati que ha viajado extensamente por la región, poco después de una visita al sitio. “Esperan que Disney propulse el proyecto”.

Esto se puede ver. Previo a la inauguración del parque, el gobierno chino acaba de declarar una renovada campaña contra el plagio de mercadería de marca, específicamente productos de Disney.

La compañía con sede en Burbank, California, que anunció sólidos resultados financieros la semana pasada aunque algo deslucidos por sus parques internacionales – incluyendo el parque de Shanghái, demorado muchos meses y que ahora deberá inaugurarse en el segundo trimestre de 2016 –, ha sido criticada porque se considera a Disneyland Paris demasiado grande y a Hong Kong Disneyland demasiado pequeño. El parque de Shanghái, de US$5.500 millones, contará con dos hoteles, en tanto hay siete en el parque francés.

Al mismo tiempo, Disney podría instalar un parque temático y medio más en los terrenos que se le han asignado en la zona de centros vacacionales, según Bob Weis, el ejecutivo a cargo del diseño del resort. El Toy Story Hotel, de estilo contemporáneo, y el Shanghai Disneyland Hotel, de temática más clásica, ambos situados a orillas de un lago artificial, pueden ser solo el inicio de la oferta del resort, dijo Weis en una entrevista en agosto durante la convención de la compañía para fanáticos de Disney.

“No me sorprendería ver hoteles todo a lo largo del lago algún día”, añadió.

El socio local de Disney – la compañía estatal Shanghai Shendi Group, que poseerá 57 por ciento del resort y aportará al capital US$2.100 millones – también está presionada para hacer las cosas bien, después de la larga orgía de especulación inmobiliaria en China. El único otro proyecto turístico significativo ahora en construcción en la zona es un shopping de lujo que está levantando Value Retail Plc, una empresa constructora con sede en el Reino Unido. Abrirá junto al resort de Disney y será similar a otro que la compañía opera cerca de Disneyland Paris. Desde el año pasado no se remata tierra para construcción residencial cerca del parque, según Centaline, la mayor agencia inmobiliaria de China. Mientras tanto, los precios de las viviendas en Chuansha, Zhoupu y Kangqiao, barrios cercanos al resort de Disney, se dispararon más de 26 por ciento este año.

Si Disney y Shanghái logran el equilibrio justo, podrían transformar el lugar en el Orlando de Asia, dijo Speigel. La Shanghai Jiao Tong University, agregó, tiene el primer plan de estudios de China sobre parques temáticos.

Cerca del 70 por ciento de los parques temáticos chinos pierden dinero, 20 por ciento logran el punto de equilibrio y 10 por ciento son rentables, según Paul Fang, profesor de Jiao Tong que da clases sobre parques temáticos.

Otra manera de enfocar el asunto: al apostar a la creciente clase media china con la mayor inversión extranjera que haya hecho nunca, Disney tiene mucha competencia.

Frente al resort de Disney y en la otra margen del río Huangpu, DreamWorks Animation SKG Inc. y sus socios locales están construyendo el Shanghai Dream Center de US$2.400 millones. Programado para inaugurarse a fines de 2017, tendrá un estudio de animación, salas para espectáculos en vivo y una atracción denominada tentativamente Kung Fu Panda Experience. Otros proyectos fuera de la zona del resort incluyen un parque de animales marinos de la empresa constructora china Haiching Holding Ltd. y una Legoland de la británica Merlin Entertainments, que opera el museo de cera de Madame Tussauds y un acuario en la ciudad.

Disney dice que 330 millones de personas con suficientes ingresos disponibles como para visitar el parque -que cuenta con el castillo de Disney más alto del mundo y está centrado en la cultura china- viven a menos de tres horas de sus puertas. Señala que el número de hogares ricos y de clase media alta en China crecerá, según se espera, 18 por ciento por año entre 2012 y 2022, según estimaciones de McKinsey Co.

El parque temático podría ser el mayor de Asia, superando los 17,3 millones de visitantes por año de Tokyo Disneyland, dijo Chris Yoshii, vicepresidente de economía de la consultora Aecom en la región Asia-Pacífico. El máximo responsable de Disney, Iger, dijo en conferencia de prensa que estuvo en Shanghái dos veces en los últimos treinta días y confía en el proyecto y en la economía china.

Aunque tenga éxito, el parque de Shanghái no modificará demasiado las finanzas de la compañía. Podría producir ingresos de US$300 millones en el año fiscal 2016 y alcanzar el punto de equilibrio para 2017, después de lo cual contribuirá un monto creciente pero pequeño a las ganancias de Disney, dijo Tim Nollen, analista de Macquarie Capital que califica a la acción de la compañía con comprar. Pero si fuera un éxito, podría darle a Disney otras oportunidades de expansión en, por ejemplo, la producción de TV en China, dijo Nollen.

“En China, las zonas gustan mucho”, dijo Brock Larsen, diseñador de parques temáticos que reside en Burbank. “Esta es la zona de trabajo. Esta es la zona de departamentos. Y esta es la zona de juegos”.

 

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