Una triste entrega, por Alberto López (@alopeznunez)  

Vivimos en Colombia una dolorosa etapa de vida republicana, quizás la final de la misma. La semana pasada se consumó la proyectada entrega de la soberanía nacional proyectada por el farcsantismo.

En medio de ignorantes vítores, compradas zalamerías e insidiosas mentiras, Juan Manuel Santos, alias Santiago, se traslada a La Habana a firmar con su » alter ego» Timochenko, el pacto que les garantiza la impunidad a los criminales de lesa humanidad de las Farc, y peor aún, se compromete a darle cabida a la venganza que planea los narcotraficantes contra quienes defienden la democracia y la libertad; sí señores, es verdad como dice la publicidad oficial, Colombia es el país del realismo mágico, ese en donde los narcotraficantes, secuestradores, reclutadores de menores, destructores de poblaciones enteras, sembradores de minas, violadores de mujeres y niñas y extorsionadores no pagarán ni un día de cárcel, y probos y republicanos defensores de la democracia como Uribe, Pastrana, Gaviria, Plazas Vega, Uscátegui, Luis Alfredo Ramos, Arias, Luis C. Restrepo y una infinidad de demócratas, sobre todo uribistas, por el sólo hecho de serlo se pudrirán en las cárceles. Eso sí que es del más puro realismo mágico.

El pacto de Justicia Transicional de Paz firmado entre los jefes de las dos secciones de las Farc, la civil representada por Juan Manuel Santos, alias Santiago, y la armada representada por Rodrigo Londoño, alias » Timochenko», no es más que una vil concesión del Estado secuestrado por Juan Manuel Santos, a los narcoterroristas y criminales de lesa humanidad de las Farc.

Efectivamente las condiciones aprobadas en ese vil acuerdo no son más que un golpe de Estado, en donde se instaura sin consultar a nadie y sin ningún mecanismo institucional el Socialismo del Siglo XXI, solamente con el aval de los canallas parlamentarios de la mermelada nacional (U, Liberales, CR y Conservadores, sí Conservadores, porque las autoridades del partido no pudieron o quisieron ponerlos en el redil), la anuencia del resto de los partidos excepto el Uribe Centro Democrático y el aplauso enmermelado de lo que se llama es » establecimiento»: Iglesia, Cortes, medios, gremios etcétera.

¿Que dictamina ese acuerdo? Entre otras cosas estas infames disposiciones:

* No cárcel para las Farc. Se creó el eufemismo de penas restrictivas, que serían algo así como, Timochenko no podrá salir de Bogotá; como reparación tendrá que dictar conferencias sobre marxismo y paz en la Universidad Nacional de lunes a viernes de 7 a 5; a partir de las 8 pm deberá estar en su residencia; los fines de semana podrá ir con su amigo JMS a Anapoima.

* Por el contrario al resto del país, encabezados por el expresidente Uribe y todos sus seguidores, familiares, los ganaderos, agricultores, comerciantes y demás empresarios y a más o menos la mitad de oficiales militares y policías, se les castigará con 20 años de cárcel por haber defendido la patria de los criminales de lesa humanidad que dentro de poco nos gobernarán, con testimonios de falsos testigos como los que acostumbra reclutar el Senador comunista Iván Cepeda.

* Los narcoterroristas y criminales de lesa humanidad no pagarán tampoco -dejando sus crímenes ilegales- por el narcotráfico, la minería ilegal, la extorsión, pues se considerarán anexos al de rebelión. Ni entregarán las armas, pues se habla es de dejación.

* Todo el sistema de justicia transicional estará en manos de un tribunal, muy probablemente designado tras bastidores por los criminales de lesa humanidad de las Farc y cuya composición sería algo así:

Presidente, el Farcfiscal Montealegre; vicepresidentes la «jurista» alias » Springer» y el expulsado de las Cortes españoles y estafador internacional Baltazar Garzón; miembros: el comunista Santiago, el defensor de las Farc Leyva, «Teodora Bolívar», Samper Jr. en representación de los otros cárteles tradicionales, la directiva del colectivo criminal de abogados, y dos o tres independientes que por una buena mermelada aparezcan allí para darle legitimidad al tribunal de venganza de las Farc.

* Todo esto quedará implementado mediante una muy chavista ley habilitante que le dará al camarada Santiago plenos poderes para cederle la patria a las Farc.

Lo peor es que todo esto bajo el acuerdo explícito de todo mundo, y todo mundo es todo mundo, porque qué mal nos ha hecho a los colombianos esa entente cordial Francisco-Obama-Castro: dieron el placet a Santos para entregarle el país a las Farc. Una triste entrega que está en manos del pueblo colombiano que se consume; si sale a protestar contra esa traición a la Patria, no se efectuará, si sigue anestesiado por la goebbeliana campaña gubernamental ya todo está perdido. Confío en noble y patriota pueblo colombiano.

 

DC/ PHD Alberto López Núñez / @alopeznunez

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