Todo, menos dejar de ser diputado, por Luis Barragán (@LuisBarraganJ) 

Apropiándonos de un viejo artículo de Domingo Alberto Rangel (Últimas Noticias, Caracas, 05/08/1998), constatamos que los privilegios del parlamentario de antes, incluyendo las famosas placas para el automóvil particular, no son los de ahora. Claro está, refiriéndonos a la oposición, pues en el elenco del poder establecido en Venezuela, constituye una distinción casi nobiliaria, una plataforma de promoción (vice) ministerial o, en el peor de los casos, una promesa en la relación con las autoridades del estado representado.

 

La responsabilidad diputacional no es o ha de ser otra cosa que eso:  toda una responsabilidad para lograr la transición democrática, incluyendo absolutamente todas las dificultades que acarrea.  No se acaba el mundo si no repetimos en la curul, o no logramos estrenarla, enfermedad que aqueja a más de una persona que no se entiende en otras y quizá más decisivas posiciones de combate político.

 

La desesperación no repara en la evidencia de casi un lustro de ejercicio legislativo que también se traduce en un retroceso personal, si fuere el caso citar los sacrificios que hicieron y  hace, pues, amén de un salario que no alcanza para nada (ni siquiera para desempeñar cabalmente la diputación), la inmunidad parlamentaria es una institución retórica, cuya fragilidad no tiene precedentes en Venezuela.  No hace falta  abundar  sobre los propios riesgos físicos cuando la postura de oposición es firme y decidida, extendida la amenaza a familiares y relacionados.

 

La diputación constituye otra oportunidad para luchar por la libertad y  la democracia, el desarrollo económico y la equidad social, desde una posición que puede ser útil y concreta en el desempeño de las plenarias de la Asamblea Nacional, de las Comisiones Permanentes, de la calle, más allá de las vanidades. Mejor aún, contribución a la diaria lucha del pueblo venezolano contra el proyecto totalitario en curso y sólo eso: una responsabilidad que es ante la historia que todos escribimos desde cualquier posición.

 

Valga la digresión, María Corina Machado no aceptó romper con la Unidad Democrática, un sentimiento y un mandato, por lo que Isabel Pereira recorrerá el país junto a ella para ayudar a la derrota del gobierno en los venideros comicios. Y todo, a pesar de las maniobras de la que ha sido víctima.

 

DC / Luis Barragán / Diputado AN / @LuisBarraganJ 

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