Reportaje Bloomberg: El Lago de Maracaibo es un cementerio de todo tipo de cosas

Desde el momento en que el buzo con un mono de nylon rojo y zapatillas azules Chuck Taylor vuelve a salir a la superficie después de reemplazar un tubo oxidado en el fondo del lago más grande de América del Sur, empieza una carrera contra el tiempo.

 

Cubierto de pies a cabeza de petróleo negro, trepa a bordo de la lancha de servicio, se arranca el improvisado uniforme y se apresura a lavarse con un compuesto especial para eliminar los contaminantes.

Durante casi un siglo, los yacimientos de petróleo que están debajo del gigantesco lago Maracaibo sirvieron de fuente de ingresos para sucesivos gobiernos venezolanos. A cambio, especialmente en los años transcurridos desde que la industria energética fue nacionalizada por el expresidente Hugo Chávez, no recibió mucho más que descuido.

La cuenca de Maracaibo es un lugar donde se aprecia la enorme abundancia de energía de Venezuela, que incluye reservas petroleras frente a las cuales las de Arabia Saudita parecen insignificantes, que choca con la capacidad reducida del productor monopólico estatal, Petróleos de Venezuela SA, para manejar la doble demanda de mayor producción y protección ambiental.

 

Hoy día, la masa de agua de 13,200 kilómetros cuadrados (5,097 millas cuadradas), es un cementerio de todo tipo de cosas, de tuberías abandonadas y neumáticos, es el emblema de una nación rica en recursos que ha caído en el caos.

 

En 2006, 1,2 millones de barriles por día se surtían desde la cuenca de Maracaibo. Pero una gran parte de los fondos eran desviados para el mantenimiento y la reinversión en los programas sociales.

Para 2014, la producción petrolera en la cuenca de Maracaibo, contabilizaba una caída con 745.164 barriles por día, de acuerdo con cifras del Ministerio de Petróleo. Eso equivale a 8 mil millones de dólares en ingresos no percibidos.

Asimismo, el lago se ha degenerado en un guiso de contaminantes que incluyen el sulfuro, el flúor, nitrógeno, detergentes, coliformes fecales, entre otros, según el sitio web del Instituto para el Control y la Conservación del Lago de Maracaibo (ICLAM), una entidad gubernamental creada en 1981 para el cuidado del lago.

 

Hay una gran irresponsabilidad gubernamental, no sólo de este gobierno sino de los de hace más de 20 a 30 años”, dijo Gustavo Carrasquel, director general de la Fundación Azul Ambientalistas, una organización sin fines de lucro del medio ambiente y la conservación fundada en 1986. “Las transnacionales destruyeron el lago y PDVSA no tiene la capacidad operativa para controlar las constantes fugas de petróleo y gas“.

Funcionarios del Ministerio de Petróleo de Venezuela y PDVSA no respondieron a correos electrónicos y llamadas telefónicas en busca de comentarios sobre la contaminación en el Lago de Maracaibo y la disminución de la producción de la cuenca. El lunes, el petróleo Brent, de referencia mundial, cerró por debajo de 50 dólares por primera vez desde enero.

Desde la cubierta de una lancha de servicio de PDVSA, cientos de plataformas se ven en el horizonte, algunas ociosos y otras extrayendo su recompensa a un ritmo pausado. Manchas de aceite saturadas como ramas de un árbol se aprecian en la superficie del agua, también moteada por la lenteja de agua, que puede ahogar el ecosistema y varar a lanchas pequeñas.

Veinte y cinco mil kilómetros de tuberías de petróleo y gas cruzan el fondo del lago, gran parte de ellas corroídas y con fugas. La lixiviación de aceite de este laberinto bajo el agua se deposita en la superficie, con aspecto de grandes charcos de aceite de motor en un camino después de una lluvia.

 

Remolinos por borbotones en el agua dan testimonio de la permeabilidad de las líneas de gas natural, y se estima que el 50 por ciento del gas natural transportado en el Lago de Maracaibo se pierde debido a interrupciones del suministro o fugas, dijo Antero Alvarado de Gas Energy en una entrevista telefónica.

 

Venezuela tiene capacidad para revertir la caída de producción y detener la podredumbre del medio ambiente, dijo Carlos Rossi, presidente EnergyNomics, pero es un tesoro empobrecido y la salida de ingenieros, técnicos y otros veteranos de la industria petrolera están diluyendo los esfuerzos. A pesar de su gran potencial de producción, el Lago de Maracaibo también está perdiendo su lugar de honor, dijo Rossi, porque PDVSA cada vez más “está poniendo todos sus huevos en una canasta” – en la faja petrolífera del Orinoco más reciente en el lado opuesto del país.

 

Por ahora, la espiral descendente del lago no tiene límites

 

DC | Bloomberg Venezuela’s Giant Lake of Endless Oil Is a Filthy, Lawless Mess

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