¿Cómo enseñar a los niños a no guardar rencor?

El tema del rencor es muy importante en la crianza de los hijos, y como en todo deberíamos enseñarles principalmente con el ejemplo. Sin embargo, ¿cómo hacerlo si nosotros mismos, los adultos, no logramos olvidar las cosas que nos han dicho o nos han hecho?

Aquí reflexiono sobre este punto y te dejo algunas claves para que tus niños aprendan a no tener resentimiento hacia los demás.

¿Por qué es tan difícil?

Sucede que las cosas desagradables que nos dicen o hacen los demás se graban en nuestra mente y esos pensamientos quitan el lugar a los sentimientos de cariño y afecto que antes se tenían por esa persona.

Además, cuando pasamos por estas situaciones nos parece que no queda otro remedio que vivir nuestra relación con esa persona de esa manera, peleados, y eso causa que le guardemos todavía más rencor.

¿El perdón puede enseñarse?

Sí. Tanto tú como tus niños deben saber que en una relación con otro ser humano las cosas pueden mejorar. Y para enseñarles a tener una gran motivación para lograr la meta del perdón debes entender y hacerles entender por qué el rencor es tan dañino: porque el principal perjudicado es quien lo siente, porque lo llena de amargura y tristeza.

Enseña las desventajas del resentimiento

Podrías llevar a tus hijos al puerto o mostrarles una foto de un barco grande pero atascado en el mismo lugar a causa de un ancla, y entonces podrás explicarles que el rencor es como esa ancla: no permite que la relación con los demás avance porque la bloquea, la desgasta socavando la confianza, el amor y la lealtad. ¡Tres cualidades esenciales en toda relación humana!

Con esta ilustración tus hijos podrán llegar a comprender que quien guarda rencor es el que sufre, y que la otra persona quizá ¡siquiera está enterada de ese sufrimiento!

Otra ilustración interesante es explicarles que guardar rencor es como darse un martillazo en un dedo y pretender que el otro sienta nuestro dolor. Por eso, explícales y dales el ejemplo en cuanto a que el resentimiento se puede y se debe evitar. ¡No podemos controlar la conducta del otro, pero SÍ podemos controlar la nuestra!

Perdonar no es olvidar ni ser un tonto

Por último, enséñales que perdonar no es olvidar para volver a ser traicionados. Perdonar es no sacar el tema para reprocharle a la persona lo mismo vez tras vez.

Pero si tu hijo fue herido por alguien lo ideal sería que perdonara, que no se lo echara en cara todo el tiempo, pero que no fuera tan tonto como para pretender ser amigo cercano de una persona tan tóxica.

Fuente: DC|iM

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