Causa y efecto, por Raúl Parra (@RaulParraT) 

[LEY] Todo lo que haces deja una impronta en tu memoria, en tu conciencia y en tu alma. 

 

Anacarsis, un filósofo escita que alguna vez los griegos contaron entre sus siete famosos sabios dijo: “¿Quién es el peor enemigo del hombre? Usted mismo.” Sus palabras nos conectan con la realidad ineludible de que el ser humano recoge lo que planta. La ley de causa y efecto, llamada en la Biblia ley de siembra y cosecha, es básica para comprender la vida y el tipo de fruto que recogemos en ella.

 

En Gálatas 6:7 (NVI) Pablo dice: No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. Cuando Dios te dice que cosecharás lo que siembres, no te está castigando sino comunicándote cómo funciona la vida.

 

Falsas creencias

 

Muchas personas actúan con base en falsas creencias o mentiras destructivas: ingieren una gran cantidad de helado por la noche frente a la T.V. y esperan no ver la báscula indicando aumento de peso al otro día; gastan el dinero como si no hubiera un mañana y aguardan no tener que pagar la tarjeta de crédito a fin de mes ni recibir llamadas de acreedores; no hacen ejercicios pero confían que su cuerpo se mantenga saludable y en buenas condiciones; ignoran a sus niños e imaginan que llegarán a ser adultos de bien. Actúan y esperan de muchas maneras evitar las consecuencias que acompañan a esas acciones.

 

Interrupción de la ley

 

En ocasiones, algunas personas sí “logran salirse con la suya” y no cosechan lo que siembran, porque alguien interviene y recoge las consecuencias por ellas. Como el padre sobreprotector que continuamente rescata a su hijo para que no sufra las consecuencias propias de su conducta derrochadora y le cubre los abultados saldos de su tarjeta de crédito.

 

La verdad es que a veces te parecerá que has escapado de cosechar lo que sembraste pero siempre recogerás el dolor o la alegría de lo sembrado. Porque todo lo que haces deja una impronta en tu memoria, en tu conciencia y en tu alma. Lo que siembras cada día en pequeñas cantidades, brotará tarde o temprano, de manera significativa. Proverbios 22:8 (BLS) nos recuerda: Siembra maldad y cosecharás desgracia; con el palo que pegues, serás golpeado. Y es en este sentido que cobra vigencia la cita de Anacarsis, quien expresa que a menudo eres tu peor enemigo.

 

Cosechas de bien

 

Pero también puedes ser tu mejor amigo. Pablo agrega en Gálatas 6:9 (NVI) No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. Míralo de forma práctica: si te alimentas correctamente y haces ejercicio físico con regularidad, cosecharás salud física. Si haces tu presupuesto con prudencia y cultivas generosamente en la obra de Dios, tendrás dinero para pagar las cuentas. El citado apóstol nos enseña en 2 Corintios 9:6b (NVI) …el que siembra en abundancia, en abundancia cosechará. Si haces pequeños actos de amor y servicio con constancia hacia otros, como si estuvieras depositando en una cuenta bancaria de actos de aprecio, llegará un momento en que te dará dividendos de reciprocidad con quienes amas.

 

Piensa en esto

 

El tamaño inicial de la buena semilla sembrada puede ser pequeño, pero si la nutres crecerá y forjará grandes frutos. ¿Qué semillas estás plantando en la vida? Cosecharás lo que siembres.

 

Te invito a sintonizar de lunes a viernes a las 11:00 a. m. Onda, la superestación 107.3 FM, en Maracaibo; o bajando la aplicación de Unión Radio a tu dispositivo móvil y ubicando la emisora, para escuchar desde cualquier parte del mundo micros inspiradores de dos minutos llamados “Influyente”.

 

DC / Raúl Parra / rlpt10@yahoo.es / @RaulParraT

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