Margarita: la isla de los jóvenes directores de orquesta

Se acercan tíos, tías, primos. José Ángel Salazar los saluda rapidito, mientras a sus espaldas un niño de la Sinfónica Infantil de Nueva Esparta le toma por sorpresa y le abraza. «Hoy hay aquí como mil familiares», dice riendo. Han venido a verle dirigir a la Sinfónica Nacional Infantil de Venezuela en el centro de convenciones del Sambil, en Pampatar, durante la clausura del seminario-encuentro de la selección 2015 con orquestas y agrupaciones del sur-oriente del país.

Aunque José Ángel lleva una década en el Sistema, su familia no perdió la oportunidad de verlo en acción. Se ha recortado un poco el cabello, pero aún los rizos se asoman y juegan con el color café de sus ojos, facciones que revelan su identidad margariteña. Oriundo de Porlamar, comenzó su acercamiento a la música en el núcleo de la localidad a los siete años, y su paso por el Sistema también inspiró a otros en su hogar. «Tengo primos que tocan en la orquesta, motivados al ver lo que hago».

Rozando la adolescencia, a los 14 años, Salazar fue considerado el director de orquesta más joven del país, e incluso del mundo. Además, domina el violín, la guitarra y el cuatro. La primera vez que tomó la batuta fue por pura necesidad, pues en medio de una reunión de profesores el maestro que guiaba al grupo tuvo que salir del aula  y él decidió ponerse a cargo de la orquesta.

Ha estado frente a las orquestas Sinfónica de Juventudes Francisco de Miranda, Sinfónica Juvenil de Caracas, Sinfónica Juvenil del Conservatorio Simón Bolívar, Sinfónica del Estado Nueva Esparta; en la que se desempeña como director asistente, y es director titular de la Orquesta Sinfónica Regional Juvenil del estado Nueva Esparta.

«Quien habría creído hace unos años que Nueva Esparta tendría una generación de directores muy jóvenes, una generación bella y brillante», dijo Andrés González, director de Formación y Desarrollo de FundaMusical Bolívar, al dar un balance sobre el seminario y la presentación en la isla venezolana.

A sus 17 años, Salazar sigue formándose mientras disfruta su adolescencia. Comparte la pasión por la música con su novia, quien toca el violonchelo y también forma parte de este proyecto que celebra su 40 aniversario. «Ella me entiende muy bien, sabe todo lo que implica ser músico porque lo es como yo», dice el joven, que está decidido a seguir su carrera a todo dar y dejar a un lado, por ahora, la formación profesional en otra área. «Como artista mi compromiso es tener también una cultura general bastante amplia, eso implica conocer un poco de todo. Pero quiero dedicarme a la música de lleno, porque el Sistema me da la oportunidad de hacerlo».

El año pasado finalizó sus estudios de bachillerato, y actualmente continúa perfeccionando la ejecución del violín con el maestro César Suárez, además de asistir al programa de formación académica para jóvenes docentes y directores.

A diferencia de Salazar, Juan García, también director margariteño de 21 años, siguió en paralelo el camino universitario y está por culminar sus estudios en Derecho. Sin embargo, no descarta seguir como docente en el mundo musical. «Creo que puedo llevar las dos cosas, le debo algo al Sistema porque ha invertido tiempo en mí y viceversa. Me gustaría, sin duda, continuar mi labor como profesor».

García considera además que en su entidad la expansión de la influencia del Sistema ha sido notoria, y quiere ser parte de lo que describe como «un gran esfuerzo y un gran trabajo» para implementar el programa social en la isla. «Estamos en un nuevo génesis, donde no solo está representada la parte sinfónica, además tenemos grupos como el Ensamble Oriental que también es dirigido por un niño. Hay muchas alternativas».

Aunque Salazar y García formaron parte de una generación de batutas adolescentes, están conscientes de que ya no son los más jóvenes. «Ya hay muchos que son unos niños y dirigen», dice Salazar.

Durante la ruta Sur-Oriente, la Sinfónica Nacional tuvo la oportunidad de ver a niños menores de 15 años al frente de orquestas integradas por más de 200 músicos, de ensambles de programas de música popular, así como de agrupaciones sinfónicas. Solo en el estado Bolívar, donde inició esta segunda jornada de preparación para los niños de la selección nacional, estuvieron en el podio del director María Mohamed, de 9 años, del núcleo de Puerto Ordaz; María Luciana Amaya, de 15 años, proveniente de la zona rural de Pozo Verde; y Camilo Torres, de 15 años, de El Palmar.

Este recorrido por Puerto Ordaz, Tucupita, Maturín, Cumaná, Puerto La Cruz y Porlamar es parte de la preparación de los pequeños músicos para su debut nacional, en Caracas, y su estreno internacional en Milán, en julio y agosto de este año. «Los niños están creciendo mucho. Se ha profundizado el trabajo técnico y estético. Para este segundo encuentro llegaron con otro nivel interpretativo y de comprensión de las obras muchísimo más alto», dijo el director Andrés González en el balance de la jornada que duró una semana y finalizó el sábado 30 de mayo.

Fuente: DC|EU

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