Vivir dignamente, por Freddy Paz (@freddyspaz) 

Con un aumento de salario mínimo del 30% para el 2015, que eleva el mismo a 7.309,20 bolívares, como punto referencial, es muy, pero muy difícil hacerle frente a una cesta básica familiar, que según datos del CENDA para finales del mes de abril del presente año rondaba los 40.000 bolívares mensuales. Lo que equivale a 5,47 salarios mínimos que requiere una familia para poder acceder a una cesta básica familiar,  por lo que para muchos venezolanos, es muy difícil tener las posibilidades de llevar el pan nuestro de cada día a su hogar.

Muchos venezolanos, de todos los niveles y estratos sociales, le han pedido al gobierno que genere confianza, apertura, acuerdos y políticas para reactivar e impulsar la producción nacional; en vez de continuar con su política de controles, con resultados muy negativos para los venezolanos, racionando lo poco que producimos e importamos.

La escasez de alimentos, y la escasez generalizada, genera grandes preocupaciones en todo el País, por el descontrol en nuestra economía, donde cada quien vende al precio que quiera, ante el fracaso del estado en materia económica, lo que mantiene agobiados a los ciudadanos,  con precios de hasta 700 bolívares por  un kilo de carne, y hasta 220 bolívares  por un kilo de pollo, cuando se consigue solo a manera de ejemplo para ésta fecha, pero esto sucede igual  con  todo en Venezuela.

A finales del año 2009 la cifra en importaciones del rubro alimentos se estimó en unos 3 mil millones de dólares, a diciembre de 2014 esta cifra había llegado a unos 10 mil millones de dólares aproximadamente, mientras tanto seguimos preñados de mentiras oficiales, sin que el estado reconozca su fracaso, ante lo que ellos llaman  y prometieron a los venezolanos, como la tan mencionada “soberanía alimentaria”.

Venezuela pasó de exportador de  azúcar, arroz, café, entre otros rubros, a ser importadores de los mismos productos más allá de nuestras fronteras.

El llamado es a los señores del gobierno, a que se sienten a diseñar políticas coherentes que lleven a nuestro país hacia el camino de la prosperidad, aquí no hay espacio para seguir improvisando. El país necesita un cambio de rumbo  en sus políticas económicas y sociales. El ciudadano tiene derecho a  vivir bien, como se lo merece porque para eso  trabaja, para producir para el país y su retribución es que exista una gerencia pública capaz de elevar su calidad de vida. Donde pueda caminar las calles con seguridad personal, donde la salud pública no sea peor que la misma enfermedad, disponer de servicios públicos que funcionen y no vivir con los constantes apagones eléctricos y la falta de agua potable, donde la inflación deje de ser un problema y los reales alcancen para vivir dignamente.

DC / Diputado Freddy Paz /CLEZ / @freddyspaz

 

 

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