Porque no tomar café en la mañana

Mientras algunos señalan que la cafeína no es la una de las mejores opciones, otros establecen que posee beneficios que quizás no sean tan conocidos. Sin embargo, las nociones que se tienen sobre el café están envueltas en las tinieblas de las dudas y la mitología de la salud, lo que puede ser especialmente perjudiciales para personas con problemas clínicos determinados.

Un ejemplo de esto fue presentada por el Daily Mail, cuando Chris Hermer, relataba de como el consumo de café por las mañanas había empeorado sus dolencias por la fibrilación atrial que padece.

“La gente que bebe café tiene más probabilidades de vivir. La gente que bebe café tiene más probabilidades de morir”

Hermer tuvo que enfrentarse a varios problemas: el tiempo que tardan los síntomas en hacerse perceptibles, las dificultades de realizar el diagnóstico y la cantidad de cafeína que hay en el café descafeinado que contiene entre un 1 y un 2% de cafeína.

Un estudio publicado en el año 2012 señalaba: “La gente que bebe café tiene más probabilidades de vivir. La gente que bebe café tiene más probabilidades de morir”, apuntando que el café puede tener efectos tanto positivos como negativos en sus consumidores.

En lo que no hay duda es de que, ante algunas enfermedades, es preferible mantenerse alerta de los efectos del café, tratándose del psicoactivo más importante del mundo.

Además, la hora a la que la bebida es consumida resulta decisiva, ya que si tenemos el estómago vacío, como por la mañana, sus efectos se dejarán notar mucho más.

Según expertos así afecta el café a las distintas dolencias:

Hipertensión:

La cafeína nos mantiene despiertos y activos, pero al mismo tiempo, nos pone nerviosos, irritables, ansiosos o nos hace sufrir temblores e incluso taquicardias. No es aconsejable que se consuma si se tienen problemas de tensión alta, aunque se trata de una concepción que se ha puesto cada vez más en tela de juicio.

En 2011, un estudio de la Universidad de Michigan State señaló que, en contra de lo pensado, no hay ninguna conexión definitiva entre la hipertensión y el consumo de café.

Migrañas:

La cantidad de café consumida es un factor importantísimo en la aparición de dolores de cabeza. Si consumimos altos niveles de cafeína (más de 400 mg al día), es más probable que suframos dolores de cabeza de tipo crónico –es decir, más de 14 días al mes–, como señalaba una investigación noruega publicada en el Journal of Headache Pain. Sin embargo, bajos niveles de cafeína pueden ser beneficiosos, ya que una investigación realizada por la clínica Diamond Headache de Chicago señaló que el 58% de los pacientes que sufrían dolor de cabeza mejoraban tras tomar una taza de café.

Además, es frecuente que el café acompañe los tratamientos con analgésicos, ya que potencia sus efectos.

Desórdenes del sueño:

No sorprenderá a nadie descubrir que el café quita el sueño, especialmente si lo tomamos por la tarde (ya no digamos por la noche). El insomnio viene ocasionado en gran número de casos por la cafeína, un poderoso estimulante.

Con una salvedad: está demostrado que a ciertas personas, el café las mantiene dormidas de manera más profunda. La genética juega un papel clave en este punto.

Afecta al sistema cardiovascular:

En determinados casos, el café puede actuar positivamente sobre el sistema cardiovascular, si se toma con moderación y no se tiene ningún problema de salud previo. Un estudio realizado por el doctor James Greenberg del Brooklyn College señaló en 2007 que beber cuatro tazas de café al día puede prolongar tu vida, al reducir las posibilidades de sufrir una enfermedad cardiaca.

Sin embargo, debido a que aumenta el ritmo del corazón y la presión de la sangre, los consumidores con problemas cardiacos deben tener cuidado con la cantidad de cafeína que consumen.

Provoca el SPI (Síndrome de las piernas inquietas):

Debido a que el café estimula el sistema nervioso, favorece la posibilidad de que el SPI aparezca. Se trata del síndrome que provoca que necesitemos mover continuamente las piernas (en un mayor grado por la tarde y por la noche) y que también influye en el insomnio.

Es una enfermedad poco común, aunque hay quien afirma que hasta el 10% de españoles puede padecerla, que ocasiona dolores o sensaciones de calor o frío en las piernas.

Aumenta el colesterol:

Una sustancia contenida por el café, el cafestol, es la responsable de elevar los niveles de colesterol en nuestro cuerpo, como puso de manifiesto en 2007 un grupo de investigadores del Colegio Médico de Baylor en Houston (Texas).

Según los datos proporcionados por dicho estudio, consumir cinco tazas de café al día durante un período de cuatro semanas ocasionaba que el colesterol en la sangre aumentase de un seis a un ocho por ciento. Sin embargo, algunos filtros de café permitirían eliminar los aceites que contienen este cafestol.

Adicción:
Abandonar el café puede ser en ciertos casos un proceso complicado y doloroso. No hace falta ingerir diez tazas al día para notar los efectos secundarios de la abstinencia de la cafeína. Un estudio puso de manifiesto que incluso los que ingerían 100 ml., una cantidad mínima, notaban las consecuencias del abandono de la bebida.

Algunos de los síntomas que aparecen cuando uno abandona el café de la noche a la mañana son dolores de cabeza, ansiedad, fatiga, sueño, dificultad para concentrarse.

Tiene efectos diuréticos:

El café estimula la producción de orina, lo cual provoca que evacuemos con mayor frecuencia, pero también que aumente el riesgo de deshidratación, debido al agua y sodio que se eliminan.

Ello nos recuerda también por qué nunca deberíamos beber café si estamos de resaca, algo que se hace habitualmente gracias al efecto de bienestar inmediato que causa, pero que a la larga sólo es perjudicial. Sin embargo, cada vez más médicos relativizan la importancia de estos efectos diuréticos del café.

DC | N24 | Foto: Web

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