Nasa entregará a un venezolano los secretos de Curiosity

El 17 de agosto de 2013 la sonda de exploración de la NASA Curiosity consiguió las primeras imágenes claras de un eclipse solar en Marte. La mayor de las dos lunas, Fobos, se interpuso entre el planeta rojo y el Sol por poco más de tres segundos. El estudio del impacto ambiental ocasionado por el fenómeno fue encargado a Jay Pasachoff, jefe del Departamento de Astronomía de la Universidad William, en Massachussets, y al venezolano Marcos Peñaloza-Murillo, profesor titular en el Departamento de Física de la Facultad de Ciencias de la Universidad de los Andes.

Fobos es como una papa, tiene forma de elipsoide por lo que al transitar sobre el disco del Sol no lo oculta totalmente.

Ahí radica la primera prueba para Peñaloza-Murillo: establecer un modelo matemático que permita restarle al área del Sol un pedazo que está siendo tapado por algo que no es un disco.

«Un día en Marte dura 24 horas y 40 minutos terrestres, entonces debo ver cuánto de ese tiempo el planeta está expuesto al Sol y modelizar el eclipse metiendo «la papa». Eso me permitirá saber cómo es la radiación solar en un día normal y cómo caería en medio de un eclipse», explica el profesor.

La Tierra como ejemplo. Peñaloza-Murillo es especialista en física atmosférica y cambio climático. Su línea de investigación le ha permitido analizar la respuesta física de la Tierra ante eclipses totales de Sol. En 1998 observó el último fenómeno de ese tipo que se vio desde Venezuela; en 1999 fue hasta Rumania; en 2001 estuvo en África y en 2009 en China, donde vio el eclipse más largo.

«Dependiendo del momento del día en el que ocurra el eclipse la respuesta es más o menos visible. La respuesta térmica habitual en nuestro planeta es que hay una caída en las temperaturas y los vientos amainan», dice. Así que para este trabajo utilizará los datos proporcionados por Curiosity ­que deben incluir velocidad y dirección del viento, y radiación­ para calcular cuál es la temperatura instantánea en el planeta vecino y ver cómo responde el ambiente ante el eclipse que se está reproduciendo.

Aunque este sería el primer estudio de un eclipse en Marte, y tomando en cuenta que ese planeta está más lejos del Sol que la Tierra, Peñaloza-Murillo cree que puede adelantarse a algunos de los resultados que obtendrá. «El terreno en Marte es de sílice, es arena, excepto dos pequeños polos de hielo. No tiene agua, ni nubes o vapor de agua. Espero encontrar diferencias con respecto a un eclipse terrestre. Si bien la metodología es la misma, las circunstancias son diferentes», dijo.

Entre las consideraciones que hará al momento de la investigación está la composición de la atmósfera del planeta rojo (hecha de CO2), el polvo marciano que pueda estar en suspensión y la función de transmisión de una atmósfera de ese tipo.

DC | EN| Foto: Web

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