“Después de la nubes, el sol”, por Alfonso Hernández Ortíz (@alfonsozulia) 

El próximo 21 de mayo estaré cumpliendo 42 años, y al hacer una retrospectiva evidencio como mi vida ha transcurrido vinculado a la Universidad del Zulia  (LUZ), mi madre Omaíra Ortiz ingresó a trabajar desde muy joven como pasante en esta institución, haciendo posteriormente carrera como secretaria, dedicándole 30 años de su vida; mi padre Sósimo Hernández también dio sus primeros pasos en LUZ, pasando después a la industria petrolera. Son muchas memorias que guardo en mi memoria sobre LUZ, y solo de recordarlos se me eriza la piel y surge una sonrisa inocente en mi rostro, de niños en navidad, mi mamá llegaba a la casa con un carritos (tonka), con juguetes, regalos y cuando mi hermano y yo le preguntábamos ¿quién los había enviado? nos decía LUZ, nosotros decíamos que LUZ era muy buena.

Nuestro inicio en el deporte lo desarrollamos en la piscina del antiguo rectorado, practicábamos natación con el entrenador “Padilla”, también béisbol en el estadio de ingeniería con “Bolivita”; participamos en el Taller de Cultura, donde desarrollamos nuestro amor por las artes plásticas, la pintura, la música, el teatro, bajo la tutela del profesor “José Luis”; los fines de semana viajábamos a la playa de LUZ, donde jugábamos con mucha libertad.

En tiempos de enfermedades, accidentes o hasta por un dolor de estomago mi mamá me llevaba a los servicios médicos de LUZ, en una oportunidad jugando me fracture un brazo y me hospitalizaron en una clínica y la atención, las medicinas y la recuperación fue gracias a LUZ, hasta tuve el privilegio de contar como médico pediatra al Doctor Regulo Pachano Añez quien fue un ilustre rector de LUZ y siempre siguió atendiendo a sus pacientes con la misma mística.

LUZ, siempre fue para nosotros oportunidad de progreso, estabilidad, futuro, ir con mi mamá a la Facultad de Ingeniería donde ella laboraba era muy agradable, se percibía un buen ambiente de trabajo, aun recuerdo de manera muy especial al profesor Shuhaiber, siempre nos regalaba un real para comprar helados. Así transcurrieron los años y nuestra experiencia y vivencia con LUZ,  gracias a la universidad, mi madre nos saco adelante, nos brindo un hogar, nos ofreció oportunidades que hoy agradecemos y reconocemos su esfuerzo y perseverancia al dedicarle tantos años de trabajo a la universidad, hasta salir jubilada y entre sus meritos ser reconocida con la orden Jesús Enrique Losada.

Ya como adulto, tuve la oportunidad de estudiar derecho en LUZ, de realizar una maestría en gerencia pública y posteriormente en derecho laboral aun por culminar, de igual forma mi hermana, egresó Cum Laude como licenciada en comunicación social, mi hermano hoy es empleado de esa institución, y en lo particular estuve durante más de siete años dictando la cátedra Presupuesto y Finanzas Publicas (ad honoren) en la Escuela de Ciencia Política, como contraprestación y agradecimiento a todo lo que LUZ nos ha brindado a mí y a mi familia durante toda una vida.

Ciertamente el tiempo ha pasado, las cosas han cambiado, lamentablemente hoy no veo a LUZ con esa misma imagen que se formo desde mi infancia, el año pasado gané un concurso de credenciales en la Facultad de Derecho e ingresé desde octubre como profesor, ahora soy parte activa de LUZ, y me genera mucha tristeza reconocer que la universidad ya no es ni la sombra de lo que alguna vez fue, la institucionalidad se ha ido perdiendo, prevalecen intereses muy particulares de mafias que han hecho de LUZ un negocio.

La complicidad de algunos gremios es evidente ante el debacle de esta institución, aunado a la estrangulación del gobierno nacional en materia presupuestaria; sin embargo no es el único problema, LUZ requiere de reingeniería y un verdadero compromiso de todos, la transparencia debe prevalecer; las autoridades deben rendir cuentas sobre el manejo y administración de esta casa de estudios; los estudiantes deben rescatar la dignidad de la verdadera lucha estudiantil; los trabajadores deben luchar para que LUZ sea sustentable para las próximas generaciones, y los profesores debemos ser los encargados de garantizar que brille otra vez la luz, la verdad y sabiduría.

 

DC / Alfonso Hernández Ortíz / Politólogo- Abogado / dialogopublico@gmail.com / @alfonsozulia

 

Entérate al instante de más noticias con tu celular siguiéndonos en Twitter y Telegram
Suscribir vía Telegram

Lea también

Le puede interesar además

Loading...