Alfonso Hernández O.: ¿Nos acostumbramos o cambiamos? (@AlfonsoZulia) 

Con frecuencia hemos escuchado la palabra cambio, palabra que ha sabido aplicarse en los discursos de políticos, empresarios y demás líderes sociales, y en la mayoría de las circunstancias se ha convertido en cliché; lo cierto es que el cambio siempre ha sido una constante, la sociedad ha transitado por cambios de época, cambios de gobiernos, cambios industriales, cambios tecnológicos, cambios de la moda, en fin siempre ha estado expuesta a los cambios y nos corresponde  montarnos en esa ola o acostumbrarnos a lo existente por resistencia a cambiar.

 

Alvin Toffler, escritor y futurólogo estadounidense afirmó en su obra “El cambio del poder” que el futuro estaría manejado por quienes manejaran el conocimiento, la información y la tecnología, ciertamente Toffler  atinó en sus predicciones, y el futuro es ahora, justamente cuando transitamos la segunda década del siglo XXI, hemos estado recorriendo por la era del cambio, aunque algunos han pretendido resistirse, la ola los arrasa y es aprovechada por quienes han entendido el cambio de época entre un siglo y otro.

 

Según la firma  Bloomberg LP Limited Partnership,  compañía estadounidense que ofrece software financiero, datos y noticias, entre las empresas más grandes del mundo, por su capitalización bursátil en 2014. Con un valor de más de 341 mil millones de euros y con clientes en casi cualquier rincón del planeta, se empodera la inigualable Apple, dejando a bastante distancia a la empresa Exxon Mobil y a su competidora más directa, la todopoderosa Google, seguida en un cuarto lugar Microsoft Corp.

 

Estos datos confirman las predicciones de Toffler sobre el valor de la tecnología en el futuro; los pioneros de estas empresas (Jobs por Apple,  Page y Sergey de Google y Gates de Microsoft) apostaron al cambio y hoy tres de ellas dominan el top 5 de las empresas más valiosas del mundo, gracias al valor tecnológico y de innovación que representan.

 

Las personas, empresas, gobiernos y corporaciones que aspiren crecer en este cambio de época, deben utilizar la  información como un recurso estratégico. Según el modelo Itami,  los recursos que realmente cuentan son los que denomina invisibles, como por ejemplo, la capacidad para aprender, de asimilar y crear tecnología. La información puede convertirse en un bien con características propias, y adquiere valor cuando se desconoce algo y se demanda tal información, por lo que su producción puede ser costosa, pero en la actualidad su reproducción es barata y fácil. Su valor depende del usuario.

 

Indudablemente, las sociedades hoy en día que cuentan con mayor desarrollo, calidad de vida y perspectivas de desarrollo sustentable, son las llamadas “sociedades inteligentes” aquellas que dan uso de la tecnología y la información para lograr mayor eficiencia y bienestar en un marco sustentable, desde el punto de vista ambiental,  participativo y comunitario, sin embargo estas sociedades deben contar con ciudadanos y gerentes públicos que permitan y exijan transparencia, responsabilidad y rendición de cuentas, todo lo contrario conlleva a mantener los mismos esquemas de estancamiento y mediocridad a los cuales nos han acostumbrado los gobernantes, gracias a nuestra propia pasividad como ciudadanos.

 

Bacon, consideraba por su parte que el conocimiento, es poder «Scientia potentia est.» por lo tanto se hace necesario comprender y asumir ese poder, para empoderarnos como ciudadanos, mas allá de lamentarnos por estar atravesando una grave crisis económica, política, social, cultural, nos corresponde conectarnos con el conocimiento, tomar consciencia sobre el porqué hemos llegado a tal estado y a quienes le hemos delegado nuestro presente y futuro.

 

Nos corresponde percibir objetivamente, concebir mentalmente y realizar moralmente una introspección sobre la responsabilidad que cae en cada uno de nosotros por acción u omisión, ante la situación que hoy nos toca vivir, en donde es mas fácil señalar y buscar responsables, pero finalmente ha sido consecuencia de nuestra propia ignorancia, es decir de la carencia de conocimiento y  la resistencia al cambio.

 

Prontamente estaremos alcanzando la segunda década del tercer milenio y genera mucha preocupación que nuestra sociedad siga esperando que los cambios vengan solos, apostando a líderes mesiánicos y populistas de gobierno y oposición, quienes durante más de 15 años han usado el cambio como cliché, por lo tanto o nos acostumbramos o cambiamos.

 

DC / Alfonso Hernández Ortiz / Politólogo – Abogado / dialogopublico@gmail.com / @AlfonsoZulia

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