Los precios de los electrodomésticos aumentan semanalmente

La inflación en el país es uno de los más graves problemas que afronta la población en general. Comerciantes del estado Trujillo aseguran que los precios suben cada semana.
El precio de los electrodomésticos y línea blanca suben semanalmente. Tanto que los consumidores no pueden evitar reír de ironía frente a las exhibiciones. Equipar un hogar con cocina, nevera y lavadora, lo más básico y necesario, supone un gasto de al menos 30salarios mínimos, es decir, 165 mil bolívares. La suma de un ingreso mensual, 5.622,48 bolívares, apenas alcanza para una plancha, o quizá, con suerte, para una licuadora de las más económicas en el mercado.

La inflación en el país es uno de los más graves problemas que afronta la población en general. Comerciantes aseguran que los precios suben cada semana, es decir, cada vez que reciben mercancía nueva. Según sus propias estimaciones, calculan un incremento del 50 % en apenas los primeros tres meses de este año.

El costo promedio de una nevera va de 80 a 140 mil bolívares. Las cocinas cuestan entre 15 y 40 mil bolívares las más económicas, mientras las lavadoras están costando entre 50 y 60 mil las más sencillas, que son prácticamente las únicas en el mercado, según los comerciantes consultados al respecto. No obstante, en un establecimiento comercial se observó la presencia de una lavadora-secadora, de marca china, en 220 mil bolívares, aunque, de acuerdo a los vendedores, las secadoras están desaparecidas desde octubre del año pasado.

Por su parte, electrodomésticos como una licuadora o una plancha para ropa cuestan más de un salario mínimo. “El precio promedio de las licuadoras es de 10 mil en adelante. Las planchas más de 6 mil. Un ventilador está en más de 5 mil bolívares, y el aire acondicionado más sencillo cuesta más de 50 mil bolívares. Los televisores se consiguen en más de 40 mil”, informó uno de los vendedores, quien prefirió mantener su identidad en reserva.

Explicó que compran mercancía donde la consiguen y la pagan prácticamente al precio que piden. No resulta tan fácil encontrar estos productos. La mayoría son importados y la falta de dólares tiene paralizadas las operaciones. Muchos vienen de Colombia y el diferencial cambiario conlleva a precios exorbitantes.

La situación ha traído como consecuencia la poca variedad de productos en exhibición y la especulación de algunos comerciantes. No obstante, se observaron precios similares en los locales comerciales visitados durante el recorrido.

En promedio, las neveras chinas cuestan unos 80 mil bolívares, mientras las pocas de marca reconocida están costando más de 140 mil bolívares. Las cocinas cuestan más de 20 mil bolívares, las chinas. Y si son de marcas más comerciales su costo asciende a mínimo 40 mil bolívares. Las lavadoras cuestan más de 50 mil bolívares las semiautomáticas, o doble tina, que son las que cuentan con mayor presencia en el mercado. Comentaron algunos vendedores que las automáticas, así como las secadoras, están difíciles de encontrar, y por lo general cuestan más de 80 mil bolívares.

Las planchas para ropa cuestan en promedio 6 mil bolívares, mientras las licuadoras están en 10 mil. Un ventilador de pie se consigue en 6 y 7 mil bolívares. Los consumidores se asombran notablemente al observar estos precios y salen de los establecimientos sin atreverse a ver otro tipo de mercancía.

Sin embargo, los comerciantes aseguran no percibir una baja tan notable en sus ventas. Explicaron que por tratarse de equipos de primera necesidad las personas siguen comprándolos. “Me imagino que hacen grandes esfuerzos económicos para alcanzar la suma, pero los pagan. Si a alguien se le daña la nevera, por ejemplo, o la cocina, tiene que comprar otra. Reparar sale muchas veces tan caro como comprar algo nuevo. Además, muchos repuestos no se consiguen”, comentó un vendedor.

Cuesta arriba

Los recién casados, o interesados en formar un nuevo hogar, la tienen “cuesta arriba” con estos precios, especialmente, los trabajadores asalariados que perciben apenas un salario mínimo. Comprar además de esto un juego de cuarto y otro de sala supone por lo menos el doble, es decir, unos 60 salarios mínimos. Y adquirir un apartamento o una casa resulta realmente imposible en estos tiempos.

DC | Diario Los Andes

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