Cuaresma democrática, por Alfonso Hernández Ortíz (@AlfonsoZulia)

Recientemente leí un artículo de Luis Homes Jiménez en el cual utilizaba el término “cuaresma democrática” refiriéndose específicamente a la necesidad de reflexión  y conversión que requiere la oposición  venezolana, asunto que se matiza aún más en estos tiempos de arrepentimiento, preparación espiritual, ayuno y oración que empieza con el miércoles de ceniza y termina el domingo de resurrección durante semana santa.

 

En la cuaresma se acostumbra renovar el compromiso que hicimos al momento de bautizarnos, la oposición podría aprovechar este lapso para sincerarse consigo misma, dejar a un lado la prepotencia y practicar la humildad, evitando suponerse los eruditos imperiosos para salvar la patria, y sobre todo practicar el arrepentimiento ante los errores cometidos y las falsas expectativas popularizadas en detrimento de la esperanza de la gente y de la democracia.

 

De igual forma el gobierno personificado en los actores del oficialismo debe asumir también este tiempo de cuaresma para oír el clamor de un pueblo que pide a gritos cambios, respuestas, y soluciones ante la grave crisis que vive el país, el desaliento se va incrementado cada díamas, la diáspora  de profesionales y miles de jóvenes hacia otras latitudes buscando oportunidades, seguridad y mejor calidad de vida es impresionante, y la indiferencia ante esta situación de quienes tienen bajo su responsabilidad las riendas del Estado es notablemente manifiesta y egoísta ante su incapacidad de respuesta.

 

La ciudadanía en general, es decir los que habitamos en este gran país llamado Venezuela, requerimos también aprovechar este tiempo de cuaresma, para asumir nuestro compromiso con la democracia, en el sentido de dejar de ser cómplices de los malos gobiernos y gobernantes, de seguir impulsando y apoyando a quienes se aprovechan del poder, del erario público, de las instituciones del Estado para beneficios particulares o partidistas; es hora de sincerarse con valentía y dejar de guardar silencio ante las injusticias por el simple hecho de poder gozar de un beneficio circunstancial, ya que la complicidad y la omisión no se justifica, al contrario es la base del problema que socava nuestro sistema democrático, aturdido y corrompido por los mismos actores que elegimos para que nos gobiernen.

 

El santo padre Francisco, en su mensaje para la cuaresma 2015 nos dice “La indiferencia hacia el prójimo y hacia Dios es una tentación real  también para los cristianos. Por eso, necesitamos oír en cada cuaresma el grito de los profetas que levantan su voz y nos despiertan”.

 

DC / Alfonso Hernández Ortíz / Politólogo- Abogado / dialogopublico@gmail.com / @AlfonsoZulia

 

 

 

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