Soberana incoherencia, por Golfredo Dávila (@golfredodavila)

Mucho se teje en relación con las sanciones por parte de Obama a un grupo de funcionarios del gobierno de Maduro. Este es un asunto complejo, delicado y no es un caso que permite ser despachado a la ligera. Pero por principios los venezolanos debemos oponernos a cualquier tipo de injerencia extranjera y en eso este régimen ha sido totalmente incoherente.

 

Es clave que entendamos que los problemas de los venezolanos deben ser resueltos por nosotros mismos, trátense de los innumerables casos de corrupción que existen, de la violación cotidiana de los Derechos Humanos, del lavado de dinero, del narcotráfico, o lo que sea que tenga que ver con funcionarios de este régimen. Muchos, con sobradas razones, reclaman que en nuestro país no hay justicia, pero no olvidemos que estos casos no prescriben, y más temprano que tarde, represores, corruptos y bandidos tendrán que ser procesados por la justicia venezolana y el dinero que se robaron deberá ser repatriado.

 

La defensa de la soberanía nacional, exige coherencia y autenticidad. Aquí ha habido injerencia por parte de unos cuantos países y entre ellos potencias imperiales como China y sobre esos casos el régimen no dice ni pio. No se puede invocar la soberanía nacional y al mismo tiempo entregar el mapeo de toda la minería del país a una empresa del gobierno chino. O cuando se hipoteca al país con un irracional endeudamiento externo de $160.000 millones, las tres cuartas partes de la deuda pública venezolana, contraída en medio de la bonanza petrolera y fiscal más alta de nuestra historia. Se negocia un crédito por $1.200 millones dando por garantía las refinerías de CITGO. O negociando las reservas internacionales en oro a cambio de divisas. O quebrando el aparato productivo del país para reforzar nuestra dependencia de las importaciones. O volteando la cara para otro lado mientras Guyana avanza en la explotación petrolera en la zona en reclamación. O entregando la plataforma Deltana a las transnacionales del petróleo en abierta violación a la Constitución y leyes de la república. O permitiendo la injerencia cubana en nuestra fuerza armada y otras áreas sensibles del país que deben ser potestativas de un Estado soberano.

 

En medio de la verborrea que caracteriza a los dueños del poder, hay un dato curioso; cada vez que se acerca un proceso electoral en nuestro país, viene una autoridad norteamericana y abre la boca, para ponerle en bandeja de plata al régimen, el falso discurso “antiimperialista”. Acuérdense las veces que Condoleezza Rice declaraba sobre Venezuela, cuando fue Secretaria de Estado gobierno de Bush, luego Hillary Clinton con Obama, Larry Palmer en 2010 cuando fue embajador designado de EE.UU. para Venezuela y también el actual Secretario de Estado John Kerry. Ahora es Obama, quien se la puso bombita a Maduro, para seguir haciendo demagogia y someter al país a sus designios arbitrarios y así distraer la atención del pueblo de sus problemas más angustiantes. Las coincidencias estratégicas no resultan tan extrañas, si observamos que más allá del verbo, Venezuela no ha afectado en ningún momento los intereses del norte.

 

Este poder habilitante,  tal como el otorgado para combatir la corrupción, no pasará de ser usado para cosas distintas a las aprobadas. No tardará en convertirlo en un instrumento más para el chantaje y la censura, para seguir escalando la represión contra la disidencia democrática y para profundizar su política de criminalización y judicialización de la protesta social, que hoy afecta a más de 3.000 compatriotas sometidos a juicio y a más de un centenar de presos políticos. Mientras tanto seguirá aplicando en forma gradual el paquete de ajustes neoliberal al amparo de la guerra económica y las elecciones parlamentarias, así como seguir con su estrategia de reducir la confrontación al plano político, impidiendo que la oposición se articule con los problemas que aquejan al pueblo.

 

Pues como en reiteradas oportunidades lo hemos manifestado, el quid del asunto es no caer en la trampa y desarrollar una estrategia que rompa el cerco, sintetizada en acompañamiento social, acción de calle, unidad nacional y un programa de emergencia para salir de la crisis.

 

DC / Ing. Golfredo Dávila / Secretario General de Vanguardia Popular en el Zulia / @golfredodavila

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